17.3.09

Quiebra de bancos, antes. Ahora, quiebra de estados

"Los mercados han hecho doblar la rodilla incluso a algún país, como Islandia. Las víctimas son cada vez más ilustres, hasta el punto de que Alemania alerta del riesgo de quiebra que corren algunos países de la eurozona en medio de una vuelta de tuerca -una más- a la crisis financiera. (...)

Lo más grave es que en este nuevo capítulo de la crisis la banca puede arrastrar a algún país en su caída. Irlanda está "en una situación muy difícil", aseguró a última hora del lunes el ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, que ayer se apresuró a destacar que nunca quiso poner en duda la solvencia del Estado irlandés. Protagonista de una sensacional historia de éxito en los últimos años, Irlanda está ahora inmersa en una profunda crisis. A la recesión añade un déficit público galopante -que este año podría elevarse hasta el 11% del PIB- y el sector bancario más golpeado por las turbulencias.

Irlanda ha anunciado inyecciones millonarias en sus bancos, asegura el 100% de los depósitos y avala la deuda de sus bancos. Y ese puede ser el problema. Lejos de recuperarse con esas medidas, la banca irlandesa sigue en caída libre y amenaza con llevarse por delante la solvencia del Estado, cuya calificación crediticia ya ha sido rebajada. Hay más países con problemas: Steinbrück abrió la caja de los truenos y afirmó que la zona euro debe estar preparada para salir al rescate "de los Estados con dificultades en sus pagos". De nuevo la lógica del demasiado grande para caer: los rescates bancarios trataban de evitar que la quiebra de un banco arrastrara a todo el sector. Esa idea vale para los Estados.

Los problemas financieros han disparado los precios de asegurar la deuda pública irlandesa: los costes de los instrumentos que se usan para esa cobertura se han triplicado en una sola semana. Grecia y Austria tienen también costes elevados, aunque menos. El diferencial de los bonos irlandeses sobre los alemanes también sube, algo que ocurre con la mayoría de los países, incluida España. "Es poco probable, pero si las especulaciones sobre posibles quiebras no se detienen, esos costes seguirán al alza y pondrán en jaque a los Estados para hacer frente a los pagos derivados de su endeudamiento", explicó Antonio Villarroya, de Merrill Lynch. Se trataría de una más de esas profecías autocumplidas tan de moda por la crisis." (El País, ed. Galicia, Economía, 18/02/2009, p. 18)

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