14.5.09

La única Seguridad Social que está en peligro de quiebra es la privada... los ejemplos abundan

"La Seguridad Social española, es cierto, ha sufrido muchas crisis reales o virtuales. Pero no fue hasta 1994 cuando el mundo de las pensiones registró un movimiento sísmico. El Banco Mundial publicó un informe (Averting The Old Age Crisis) en el que recomendaba al mundo (así, urbi et orbi) la implantación de un sistema apoyado en tres pilares: uno público para atender las pensiones de los pobres; otro privado, profesional y obligatorio fundado en la capitalización, que hace depender las pensiones de la coyuntura de los mercados financieros; y, en fin, un tercero voluntario, privado y de capitalización. A partir de ese momento numerosos países latinoamericanos y asiáticos comenzaron la demolición de los sistemas públicos y la adopción de sistemas en todo o en parte similares al de Chile, implantado en 1981. (...)

No obstante, el debate abierto por el gobernador del Banco de España ha vuelto a reproducir las acusaciones a los defensores del sistema de reparto que se vienen repitiendo desde hace décadas. Se les tilda de cortoplacismo, de electoralismo, de comportarse como avestruces que entierran la cabeza para no ver la realidad, y cosas por el estilo. Pero las décadas han transcurrido sin sobresaltos y hoy, la Seguridad Social, paga en 14 mensualidades una pensión media de 850 euros. No olvidemos, por cierto, que el salario medio en 2008 fue de 1.764 euros. Y más aún se debería de valorar esa cifra si se estima que para tener derecho a esa pensión en las mismas condiciones (percepción hasta el fallecimiento, viudedad del 50% e inmunidad frente a la inflación futura) ese mismo trabajador, en un sistema de capitalización, hubiera necesitado disponer de 260.000 euros en el momento de su jubilación en 2008 para comprar una renta segura (anualidad) de la misma cuantía que su pensión media de la Seguridad Social en 2009.

El problema siempre ha sido el futuro, sin duda, pero el futuro ya no es lo que era. La población española ya no es, ni por asomo, la misma que suponía alguno de nuestros académicos. Todo aquel futuro sombrío que se vislumbraba desde el rigor académico, por fortuna, se ha clareado. (...)

No obstante, es razonable defender que la Seguridad Social precisa esas reformas que los expertos denominan paramétricas, por formar parte de la estructura fija del sistema (años para la jubilación, cálculo de la base reguladora de la pensión, valor de los años cotizados). El sistema de reparto, yo no lo dudo, supera al de capitalización en estabilidad. Y, además, en confianza. A fin de cuentas, un seguro social público es antes que nada un seguro, que, en último término, tiene la garantía del Estado. Y estos son los momentos en los que el Estado ha tenido que asegurar a las aseguradoras (véase el caso de AIG).

Alguna gente de nuestro país, informada y experta en estas cuestiones, aduce la experiencia sueca como camino a seguir. Lo hacen porque Suecia, por consenso entre los grandes partidos, hizo una reforma sistémica (no paramétrica) para incluir como obligatorio la parte del sistema de capitalización que se forma con los recursos aportados por el 15,5% de las cotizaciones del trabajador. Hace escasos años que el sistema funciona y ha sido en 2008 cuando los jubilados suecos han experimentado en carne propia las consecuencias: la Bolsa de Estocolmo ha retrocedido un 30% afectando inevitablemente a las pensiones de los jubilados en ese año y reduciendo el capital acumulado de los que se jubilarán en los próximos. ¿Tiene ese problema solución? Muy sencilla: el Estado sueco valora la posibilidad de establecer compensaciones a los pensionistas afectados. Y, entonces, podemos preguntarnos: ¿hacían falta alforjas para ese viaje?" (LUIS MARTÍNEZ NOVAL: El futuro ya no es lo que era. El País, ed. Galicia, Opinión, 06/05/2009, p. 27 )

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