"Bussa, inmigrante de 32 años nacido en Ghana y residente en Vic desde hace cinco años:
“Yo soy viguetano, pero ahora ya no me considero catalán. […] Nosotros hemos hecho campaña a favor de Cataluña, ¡hasta fuimos a votar en las consultas independentistas, y ahora los catalanes nos quieren echar! […] Yo hablo catalán perfectamente, mis amigos son de Vic, he recitado “Els Pastorets” y hasta he hecho de rey mago en la cabalgata. Soy y me siento catalán a pesar de mi color de piel, pero lo que quiere hacer el alcalde me ha dolido, no está bien. […] Es una campaña del alcalde, ya que la gente de aquí es buena con nosotros y no sé de dónde ha venido todo esto”. (lavozdebarcelona.com, 18/01/2010)
Laila Karrouch llegó a Vic con su madre desde el rifeño Nador... Éramos gente rara pero no nos veían como un problema, sólo como gente que había venido a comer, a buscar trabajo. La población inmigrante en aquel entonces era escasa"."Antes", alega, "no suponíamos un peligro pero ahora entre el mensaje hipócrita de Anglada y la crisis las cosas han cambiado". (...)
Muchas veces ha tenido que morderse la lengua ante según qué comentarios y, pese a estar lamentablemente acostumbrada, no siempre lo consigue. "Vic tiene fama de ser cerrada, muy suya, y defiende mucho su cultura. Es muy importante saber catalán. A mí me ha abierto muchas puertas". Si Anglada llegara a ser alcalde, Laila se plantearía incluso ponerse el velo, prenda que nunca utiliza. "Solo faltaría que nos dijera qué marca de braguitas tenemos que utilizar. Que no se meta en mi vida privada porque es mía". Cuándo hace unos años veía los conflictos en Francia pensó que aquello nuca podría pasar aquí, pero reconoce que ahora no lo tiene tan claro. "Se ha azuzado la rabia y creado malestar entre la gente".
Comparte esta sensación Anssumane Dahaba, de Guinea-Bissau, quien, después de 12 años en Vic aún no se atreve a usar el catalán porque no se siente cómodo. "He estudiado catalán y he tomado cursos sobre cultura catalana, pero no entiendo por qué ponen el idioma como barrera. Muchos inmigrantes están aquí de paso y no les interesa aprender el catalán". En Vic tiene un trabajo gracias al cual consiguió reunir de nuevo a su familia. Aunque le gustaría moverse, le preocupa la educación de sus hijos: "Quiero que mejoren, que sean catalanes".
Considera que la gente en Vic es muy reservada y, a veces, tiene la sensación de que están "continuamente defendiendo lo que es suyo, alguna cosa que antes, con el franquismo, perdieron. Los entiendo pero eso no va con nosotros, con los inmigrantes". Cree que Vic es una sociedad dividida: "Te relacionas y muy bien en lo cotidiano, en el trabajo, con los vecinos, te saludas en la calle, pero los inmigrantes van por una parte y la gente de aquí por otra; no ves grupos mixtos".
Amandeep Sandhu piensa radicalmente lo contrario. Está chica india tan sólo lleva dos años y medio en Vic, tiene 21, pero ya habla un catalán casi perfecto. (...)"Cuándo llegue a Vic supe que estaríamos bien; es una ciudad tranquila, la gente es amable y tengo más amigos de aquí que de allí, porque la comunidad india que vive aquí es muy cerrada, hace sus propias fiestas, es muy estricta, sobre todo con la mujer".
"El alcalde dice que la gente lo pide, que si no va a perder votos. Entonces, ¿si la sociedad dice que nos echen a todos fuera, también lo va a hacer?", se pregunta Anssumane. "Esto no es un juego, necesitamos políticas de integración reales. Nosotros tenemos que hacer esfuerzos para aprender la cultura, el idioma, las costumbres y las normas de comportamiento para poder convivir allí donde vamos, pero la gente de aquí también tiene que esforzarse en entendernos". Anssumane no cree que por ahora Vic esté preparada para una sociedad multicultural pero confía en que en un futuro será así, sólo es cuestión generacional. Quizás la generación de Amandeep está marcando este camino." (El País, ed. Galicia, España, 17/01/2010, p. 24)
No hay comentarios:
Publicar un comentario