1.2.10

El porqué de las medidas de las pensiones de Zapatero

"En el análisis que hemos venido desarrollado en Sin Permiso /1, el "equilibrismo" del Gobierno Zapatero entre los distintos intereses fundamentales afectados por la crisis tenía un límite: la posibilidad de emitir y colocar deuda pública en los mercados globalizados. (...)

Pero la colocación de deuda pública en los mercados financieros internacionales responde no solo a factores "objetivos", como su coste en relación con el PIB, sino, sobre todo, a factores "subjetivos". (...)

Eso es exactamente lo que está ocurriendo con la deuda pública española desde comienzos de este año, y su señal fue el artículo del Financial Times sobre la debilidad del liderazgo del Gobierno Zapatero al asumir la presidencia rotatoria de la Unión Europea y defender, con 4,3 millones de parados, una salida de la crisis manteniendo la cohesión social. El reciente encuentro de Davos ha multiplicado ese eco, gracias en buena medida a los empresarios españoles que han asistido a los debates /3. (...)

Dentro del Gobierno Zapatero, el sector más socio-liberal, que controla la administración económica, ha respondido a esta presión "psicológica" exterior proponiendo un plan de ajuste duro del gasto público y el aumento a los 67 años de la edad de jubilación. En realidad se trataba de propuestas preparadas desde hace tiempo, aconsejadas por el Banco de España y la Comisión Europea, que ahora han encontrado su momento. Aunque ninguna de estas dos medidas son inevitables ni imprescindibles, me atrevo a señalar que la primera -el plan de ajuste que tendrá efecto inmediato- es la más peligrosa y que en buena parte la segunda -que no se aplicaría hasta el 2013- tiene la función de cubrir mediáticamente a la primera.

El Plan de Ajuste supone un recorte del gasto público de más de 50.000 millones de euros -40.000 por el gobierno y el resto por las Comunidades Autonómicas y los ayuntamientos- para reducir el déficit fiscal al 3% del PIB en el 2013 y volver a la ortodoxia de los acuerdos de Maastricht. Supone un frenazo en seco a los estímulos económicos del Plan E, a pesar de que nos encontramos en el momento más duro de las consecuencias sociales de la crisis, con un paro de 4,3 millones de personas, que supone el 18,8% de la población activa. Además del recorte presupuestario previsto de 8.000 millones de euros en los presupuestos del 2010, aprobados hace escasamente un mes, se añaden ahora otros 5.000 millones. Como ha señalado Almunia: "el recorte va más allá de lo que pide la Comisión" (EP 30-1-10). (...)

Es evidente que hay soluciones de izquierda en esta situación objetiva: aumentar la presión fiscal a los beneficios del capital hasta alcanzar una media europea superior en varios puntos a la española, hacer una reforma fiscal mas redistributiva, consolidar los bonos de la deuda pública obligando a los bancos españoles a comprarlos y a que formen parte de sus activos consolidados. Todas estas medidas neokeynesianas están perfectamente estudiadas desde los años 30. Son factibles, aunque implican conflictos sociales internos –con las grandes patronales de la banca y la CEOE— y a nivel de la UE. Pero consolidarían la base electoral de la izquierda y prepararían una tercera legislatura del PSOE con apoyo parlamentario de otras fuerzas más a su izquierda." ( G. buster. Reino de España: fin del equilibrismo. SinPermiso, 31/01/2010)

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