4.2.10

Trata de blancas

"Un día, recibió una llamada de un policía: "No sabemos qué hacer con tres fulanas que hemos recogido en la calle". "Eran tres niñas de entre 13 y 14 años, heladas, mal vestidas y hambrientas. Me contaron que las había vendido un zíngaro y que luego las volvió a comprar y las sacó a la calle para 'producir'", recuerda Iana. "No sabía qué hacer ni dónde llevarlas. En mi casa no tenía espacio. Pasaron la noche en el hospital. Y mientras pensé en una solución". (...)

Por lo general, las chicas que acoge regresan de Italia y de España, los principales países de destino de las jóvenes rumanas víctimas de las redes de prostitución, según un informe de 2009 del Departamento de Estado estadounidense sobre el tráfico de seres humanos. También llegan de Grecia, República Checa y Alemania, donde a la explotación sexual se añade la mendicidad forzada y el trabajo agrícola forzado.

La mayoría de las veces, las jóvenes necesitan tratamientos médicos, ya que presentan cortes de navaja, quemaduras de cigarros, están embarazadas o en estado de estrés post-traumático. A ello se suman las sesiones de apoyo psicológico. Luego, los días se desarrollan casi de forma rutinaria, con las tareas diarias que se les asignan.

Para ellas, Iana representa más que una familia, porque las suyas las rechazan en la mayoría de los casos: "Los padres les reprochan que se hayan prostituido, que se hayan dejado engañar, que les hagan pasar vergüenza ante sus vecinos. Somos una sociedad enferma, en la que un niño aún se educa con el lema: 'yo te he creado y yo te mato'. Los padres, esclavos de los prejuicios sociales, sufren en silencio estos compromisos, sobre todos si las chicas llegan embarazadas.

Y para asegurarse de que las chicas no les van a denunciar, algunos traficantes no dudan en casarse con ellas". Y las que deciden llevar ante la justicia a los traficantes "se enfrentan a los abogados que generosamente pagan los traficantes y sufren presiones y amenazas para que retiren las denuncias". (Presseurop, Febrero 03 2010 | Adevarul)

No hay comentarios: