"El efecto devastador de una crisis ahijada en los mercados y la penosa factura que pasa ahora a las arcas públicas han resucitado la idea de poner impuestos al sector financiero. Hasta el punto de que será una cuestión crucial en la próxima cumbre del G-20. La Fundación Ideas ha analizado este asunto en un informe dirigido por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. En el escenario central que maneja el estudio, se calcula que los tributos que se debaten podrían reportar 7.400 millones al año a las arcas españolas.
"Un impuesto sobre todo tipo de transacciones financieras, coordinado a nivel mundial es la mejor opción", concluye el estudio, en el que han colaborado otros reputados expertos como Jeffrey Sachs y Stephany Griffith-Jones, de la Universidad de Columbia (EE UU), André Sapir, del Instituto Bruegel (Bélgica) y Nicholas Stern, ex asesor del Gobierno británico sobre cambio climático.
Todos ellos presentarán hoy en Madrid el informe, que aboga por resucitar una versión ampliada de la tasa Tobin. Y por complementarla donde sea necesario con impuestos sobre la banca y mayores recargos sobre las plusvalías de activos financieros.
"Los tributos deben servir para diferenciar comportamientos y penalizar a los movimientos especulativos a cortísimo plazo, los juegos de casino que en nada ayudan a las empresas", explica el ex ministro socialista Jesús Caldera, que dirige la Fundación Ideas. A diferencia de lo que proponía la tasa Tobin, centrada en los mercados de divisas, el nuevo impuesto mundial gravaría todas las transacciones, incluidas aquellas que se formalizan de forma bilateral fuera de los mercados regulados.
El tipo sería bajo (entre el 0,01% y el 0,05% del importe negociado) pero suficiente para desincentivar operaciones especulativas cuyas ganancias depende de diferencias de precio mínimas en apuestas de gran volumen a corto plazo.
Los expertos creen posible que esta tasa Tobin ampliada lleve a una reducción drástica de los volúmenes de contratación. Con una reducción del 65% del volumen de contratación, se prevé una recaudación mundial de 467.000 millones, que en el mercado español quedaría en 2.200.
En la agenda de los países del G-20 prevalecen otras medidas, como un impuesto a la banca o mayores recargos a las plusvalías de ciertos productos financieros. El estudio concluye que aplicar un tipo similar al anunciado por la Administración de Obama (0,15%) a todos los activos de la banca española permitiría recaudar unos 4.050 millones, si bien España cuenta ya con un mecanismo similar (el fondo de garantía de depósitos). Llevar al 25%, como Alemania, la tributación de la plusvalía de determinados activos financieros en el IRPF (ahora en el 19%), añadiría otros 1.150 millones." (El País, 28/05/2010)
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