Oficialmente, la ayuda a Grecia tiene que ver con el mantenimiento de un euro estable. Lo que sólo puede lograrse, si se bloquea la especulación internacional contra los distintos países de la eurozona. Una quiebra del Estado griego, una expulsión de los griegos de eurolandia, darían precisamente la señal equivocada. Entonces, inexorablemente, Portugal, España e Irlanda serían los siguientes. Si los europaíses se comprometieran a un préstamo común, podrían desde luego plantar cara a los mercados. (...)
¿A quién beneficia una quiebra pública griega? Si los títulos de deuda griegos se deprecian pasivamente, los afectados serán principalmente los bancos alemanes y franceses. Sólo el banco alemán Hypo Real Estate (HRE), entretanto estatalizado, es tenedor por valor de diez mil millones de euros. Si ese dinero se evapora, Alemania se enfrentará a la siguiente crisis bancaria. El gobierno de Sarkozy están todavía más empantanado, pues los bancos franceses son tenedores de títulos griegos por valor de más de 77 mil millones de euros. La alternativa a la suspensión de pagos del estado griego sería una acción conjunta de refinanciación por parte de los europaíses, es decir, una renuncia parcial de los bancos europeos a sus exigencias como acreedores de Grecia. Oficialmente, eso está descartado para la Canciller Merkel, aunque sólo sea porque es lo que exigen con los partidos de la oposición.
Eso significaría derivar parte de los costes de la crisis de deuda a quienes se han beneficiado de ella, y no a los griegos o a la propia población." (SinPermiso, 02/05/2010, citando a 'Arde Eurolandia' de Michael R. Krätke)
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