Algunos ejecutivos, con miras de corto plazo, no pensaron en la sobrevaloración de estos inmuebles. Pero el mercado se dio la vuelta y entre 2007 y 2009 han tenido que comprar inmuebles por 39.000 millones para frenar la morosidad. Su cuota de mercado superó a la de los bancos, "pero a un precio muy alto. Ahora les sobran un tercio de las oficinas y la plantilla. Mientras no hagan esta reconversión no podrán dar créditos. Además, les faltan equipos directivos", apunta Luis de Guindos, director del Centro PwC/IE.
Y ahora el problema es que las cajas no tendrán el viento de cola, como ocurrió en 1993. Como apunta Tano Santos, director de cátedra de la Universidad de Columbia, "el ciclo anterior tenía como fuente una expansión sin precedentes del flujo de crédito que no va a volver, ni es deseable que lo haga, ni a corto ni a medio plazo. Es difícil ver cómo se puede producir la recapitalización privada de las cajas problemáticas". Lo que se ha demostrado es que las cajas y la política ha sido una combinación mortal." (El País, ed. Galicia, economía, 18/07/2010, p. 26/7)
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