El 17 de junio, la revista Time publicó un artículo de David von Drehle titulado "El estado financieramente desesperado de los Estados" en el que daba cuenta del hecho de que actualmente muchos Estados afrontan déficits presupuestarios que no se veían desde la década de
Deben financiarse mediante la emisión de bonos, aunque muchos Estados están tan cerca de la quiebra que las calificaciones de riesgo de los bonos municipales se están hundiendo por momentos. Y lo que es peor: muchos Estados tienen prohibido por ley incurrir en moras en sus pagos.
A diferencia del gobierno federal, que puede endeudarse de forma indefinida, los Estados deben equilibrar sus presupuestos anualmente; y tampoco pueden emitir moneda propia. Esto les coloca en una situación parecida a la de Grecia y otros países financieramente estrangulados de
Los Estados, claro está, tampoco disponen de bancos propios de titularidad pública (con la excepción de Dakota del Norte). Dakota del Norte también es el único Estado que puede exhibir superávit presupuestario, además de tener los índices más bajos de desempleo e impago hipotecario del país. Como observa Von Drehle: "Es un buen momento para ser de Dakota del Norte".
Pero la mayoría de los Estados deben lidiar con graves y crónicos impagos que les abocan a una situación parecida a la de la trampa de la deuda griega: se ven forzados a despedir a trabajadores, vender activos públicos y buscar el modo de recaudar más impuestos que graven a una población fiscalmente sobreexplotada. Y se espera que su situación empeore, puesto que en breve van a verse recortados tanto el paquete de estímulos económicos del gobierno federal como las ayudas directas a los Estados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario