R. Desde el colapso de 1987, hemos tenido un periodo de prosperidad hasta 2007. Hubo recesiones, pero fueron relativamente pequeñas y el mercado se recuperó pronto. Por eso se creyó que el capitalismo tenía los instrumentos para resolver los problemas. Pero no era así. Los que cuestionaron esas reglas [entre los que estuvo Cassidy] fueron lentamente apartados.
P. Carga especialmente contra Alan Greenspan por dejar que la bestia se desbocara desde la Reserva Federal...
R. La de Greenspan es una especie de tragedia griega. Personificó el triunfalismo estadounidense. Era intocable, a pesar de ser en parte responsable del estallido de la burbuja tecnológica. Actuaba para proteger los intereses del mercado y eso creó incentivos para que se asumiera riesgos excesivos. Cuando estalló la crisis, se convirtió en la figura a la que echar las culpas.
P. ¿Es el único responsable?
R. Greenspan personificó muchas de las ideas que llevaron a la crisis, por eso es de los principales culpables. Aunque es cierto que aquí es responsable todo el mundo. Desde los propietarios que se hicieron con préstamos que no podían pagar, los bancos que dieron las hipotecas, los que las empaquetaron, los reguladores, las agencias de calificación, los economistas y los periodistas que lo ignoraron. Todos actuaban en el propio interés. (...)
R. En el ámbito individual, todo era lógico. Si eres una persona con pocos recursos y un banco te ofrece un préstamo asequible, es racional firmarlo. También lo era para el que emitía la hipoteca, porque pasaba la deuda a otra entidad. El problema surge cuando se combinan acciones individuales. Ahí empieza la locura.
P. Todo está conectado.
R. Sí. Y hay algo a lo que no se le da importancia. El aumento de la brecha social en EE UU y la congelación de los salarios durante las tres últimas décadas, hizo que las familias se endeudaran para mantener su estilo de vida.
P. Si la riqueza era una ilusión, ¿por qué nadie dijo basta?
R. Cuando las cosas van bien, y la gente piensa que se enriquece, los Gobiernos son populares. Y de la forma en la que está estructurado el sistema, la economía es muy dependiente de los bancos centrales. Son los que deben poner el fin a la fiesta antes de que las cosas se pongan feas. El problema es que la especulación es un incentivo para que la burbuja siga creciendo si se hace dinero.
P. Otro de los problemas fue la desregulación ejecutada por Bill Clinton en los noventa...
R. Lo que hay que ver son las ideas que llevaron a ambos partidos a adoptarla. Pudo ser consecuencia de que estaban comprados por Wall Street. No soy tan cínico. Pienso que creían que la desregulación es casi siempre buena. Eso se acabó en 2007." (JOHN CASSIDY: "Los que criticaron al sistema fueron apartados". El País, economía, 04/10/2010, p. 20)
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