9.3.11

"Las ciudades, municipios y estados federados norteamericanos están endeudados por un monto rayano en los tres billones de dólares"

"No sólo el Estado central, sino también la mayor parte de los estados federados anuncian grandes agujeros en sus presupuestos: 125 mil millones de dólares para los presupuestos de 2011-2012, mientras en el presupuesto del año en curso superan los 130 mil millones de dólares.

Si se aprueban y despliegan estos presupuestos, la tasa de déficit en Nevada para el 2010-2011 alcanzará un 45'2%; en Illinois, un 44'9%; en la pequeña Nueva Jersey, un 37'4%; en la gran Texas, un 31'5%; y en California, un 29'3%. Todos los estados federados juntos registran, de media, un déficit del 20%. A medida que arrecie la crisis inmobiliaria y laboral a escala regional, mayor será el déficit.

La crisis económica más dura desde la década de los treinta se ha abierto paso hasta alcanzar dramáticamente los ingresos fiscales, que actualmente se encuentran entre un 12% y un 15% por debajo del nivel anterior a la crisis. Sin la ayuda financiera de la Unión –unos buenos 140 mil millones de dólares desde comienzos de 2009–, que ha cubierto entre un 30% y un 40% del déficit, muchos estados se encontrarían desde hace ya tiempo en la bancarrota.

Sin un nuevo endeudamiento federal, sin un flujo monetario desde Washington, el déficit de los estados federados nunca podría haber sido financiado.(...)

Pero ahora se ha cerrado la espita monetaria, de modo que ha estallado el puro pánico financiero, y todos los gobernadores de los estados federados se van dejando llevar por la deseperación. Jerry Brown proclamó en enero, en su toma posesión del cargo, la situación de emergencia financiera en California.

Así que los reclusos son liberados antes de tiempo; las vacaciones escolares, prolongadas; escuelas y universidades, bibliotecas y museos, cerrados (o privatizados); los salarios, espectacularmente recortados; la oferta de plazas públicas, paralizada; y cientos de miles de funcionarios, enviados a unas vacaciones forzadas o prejubilados.

Así se amañaron las cuentas tanto como se pudo y dejaron de pagarse facturas multimillonarias acumuladas durante años, con previsibles consecuencias desastrosas para las economías regionales
.

Las ciudades, municipios y estados federados norteamericanos están por ahora endeudados por un monto rayano en los tres billones de dólares. Como ya quedó dicho, funcionarán durante algún tiempo todavía gracias a la ayuda financiera federal. (...)

Los intereses, igual que los costes de las permutas de incumplimiento crediticio (credit default swaps) para los bonos municipales, se disparan al alza. Las cosas se pondrán verdaderamente feas, cuando los ciclópeos déficits de los fondos de pensiones entren en el campo visual.

Las pérdidas milmillonarias que experimentaron en la crisis financiera estos depósitos de profesores y funcionarios no pueden ser cubiertas por los estados federados, como tanpoco pueden éstos echarse a laas espaldas los costes de la retardada reforma sanitaria.

La verdad es que no se adivina en el horizonte de los EEUU el fin de la crisis financiera.
" (Sin Permiso, 06/03/2011, citando a 'La época de lo que parecía impensable', de Michael R. Krätke)

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