11.8.11

Si las pérdidas las asumen directamente las instituciones públicas y se esconde la irresponsabilidad de la banca, la culpa se traslada a los griegos

"Grecia no podía pagar su deuda en los plazos comprometidos y la única salida era proceder a una reestructuración de la misma. ¿Por qué, si esto era tan evidente, la UE tardó tanto en aceptarlo? La razón es simple y escandalosa al mismo tiempo.

Cuando estalló la crisis, la mayor parte de la deuda estaba en manos de instituciones financieras alemanas y francesas. En los quince meses que ya dura la tragedia griega, estas instituciones privadas están reduciendo a marchas forzadas su nivel de riesgo.

La fórmula es sencilla. Los fondos aportados por las autoridades europeas en el mal llamado plan de rescate sirven para que Grecia les pague a los bancos privados. Grecia debe lo mismo, en realidad más, pero ahora su acreedor es el sector público europeo.

Y de eso se trata, de ir ganando tiempo para evitar que, cuando por fin se reestructure la deuda, los que paguen la factura no sean los bancos, sino los ciudadanos europeos a través del Fondo de Estabilidad Financiera.

Desde el inicio de la crisis, la banca alemana ha reducido su riesgo en deuda de los países periféricos en 90.000 millones de euros.

Las razones de esta operación son evidentes. Si son los bancos privados los que asumen el coste de la reestructuración, necesitarán, otra vez, del dinero público para sanearse, provocando con ello la indignación de los ciudadanos alemanes y franceses.

Pero si las pérdidas las asumen directamente las instituciones públicas y se esconde la irresponsabilidad de la banca, la culpa se traslada a los ciudadanos griegos. Y en eso está Merkel, aunque se lleve por delante el futuro de un país como Grecia." (Manuel Lago Peñas: La interminable tragedia griega. La Voz de Galicia, 23/07/2011, p. 12)

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