"Corría mediados de julio, pleno verano en Madrid, y la asamblea de
San Blas se reunía, como cada lunes, a las seis de la tarde. La de San
Blas es una de esas asambleas de barrio del 15-M
que han permanecido activas —el movimiento decidió descentralizarse y
trasladar la acción a los barrios al poco de nacer, a las primeras de
cambio—.
Unas cuarenta personas se congregaron en la Plaza Blanca para abordar
la creación de un banco del tiempo, un sistema para intercambiar
servicios entre los vecinos sin necesidad de una moneda. Israel,
informático, empezó a aplicarlo ese mismo día. Necesitaba arreglar unas
cortinas en su casa. (...)
Corría mediados de julio, pleno verano en Madrid, y la asamblea de
San Blas se reunía, como cada lunes, a las seis de la tarde. La de San
Blas es una de esas asambleas de barrio del 15-M
que han permanecido activas —el movimiento decidió descentralizarse y
trasladar la acción a los barrios al poco de nacer, a las primeras de
cambio—.
Unas cuarenta personas se congregaron en la Plaza Blanca para abordar
la creación de un banco del tiempo, un sistema para intercambiar
servicios entre los vecinos sin necesidad de una moneda. Israel,
informático, empezó a aplicarlo ese mismo día. Necesitaba arreglar unas
cortinas en su casa. (...)
Cada asamblea de cada barrio significa que, cada semana, un grupo de
gente se reúne para buscar soluciones; la interconexión de cerebros
genera nuevas ideas, nuevas iniciativas; así ocurre, semana a semana, en
cada asamblea, en cada plaza. Basta con entrar en la página tomalaplaza.net para observar el gran número de iniciativas que se han ido generando en el año de vida del movimiento. (...)
Así está funcionando el 15-M: miles de cerebros conectados, en las
plazas y en las redes, remendando las costuras de un colchón contra la
crisis. En días en que el Estado del Bienestar se desvanece, justo
cuando el paciente más lo necesita, se atisba el embrión de una economía
paralela, subterránea, alternativa. Son tiempos duros: un cuarto de la
población está en paro. Frente al sálvese quien pueda, el 15-M ofrece
espíritu colaborativo, acción en red.
En el barrio de San Blas están pensando incluso en crear su propia
moneda para regular los intercambios de servicios. Y ya saben cómo se
llamará su divisa: el blasón. (...)
Israel está encantado con el modelo de economía alternativa que está
germinando en el barrio. “Yo sabía que el INEM no me iba a resolver la
papeleta, que había que cortar por lo sano”.
Su cooperativa es una de las muchas redes de autoapoyo que han nacido
de la mano del 15-M; como la Red de Ayuda Mutua del madrileño barrio de
Aluche: los jueves y viernes, recolecta excedentes de comercios y
restaurantes y el viernes por la tarde los reparten entre los vecinos
más necesitados; las iniciativas de los rurales enredados, que están
tendiendo puentes entre ciudades y pueblos para desarrollar huertos
ecológicos que reduzcan la dependencia alimentaria; o los mercadillos de
trueque, como el que organiza la Asamblea del madrileño barrio de la
Concepción— que también ha puesto en marcha un huerto ecológico— : el
último domingo de cada mes, los vecinos acuden al parque Calero e
intercambian —libros, juguetes, ropa, de todo— sin que medie el dinero. (...)
La gente se organiza también para otros fines. Para frenar
operaciones policiales contra inmigrantes, como hacen las brigadas de
observación de derechos humanos del barrio de Lavapiés. O para hacer
frente a los bancos, como las cooperativas de deudores de Catalunya
(CASX, Cooperativas de Autofinanciación Social en Red), en las que los deudores se agrupan para responder en bloque frente a la entidad financiera acreedora.
“Este va a ser el año de las cooperativas”, vaticina Arturo de Bonis,
activista del 15-M y miembro de la Cooperativa de Sinergias. “Existe
una necesidad de autoorganizarse; es una forma de salir adelante”,
explica. De Bonis es ingeniero industrial, tiene 55 años y ha trabajado
de economista para el Banco Mundial. Reivindica esta manera alternativa
de funcionar como cauce para hacer frente “al desapego de los
trabajadores y de los propios empresarios hacia sus propias empresas”.
Y
se explica: “Los empresarios ya no sienten las empresas como suyas,
sino como un puro vehículo para el beneficio: si tienen que vender el
suelo sobre el que se asienta la fábrica, lo venden”. (...)
Ese grupo de Economía se dividió en distintos subgrupos, uno de ellos,
el de Empleo. De la asamblea de desempleados nació el grupo de
cooperativas y autoempleo. De allí surgió una nueva ramificación, la
Cooperativa de sinergias, cuyo fin era crear redes económicas
alternativas. Esta propuesta nacida al calor de Sol se acabó
descentralizando hacia los barrios; y en cada barrio van floreciendo
ahora cooperativas como la de San Blas. (...)
El empleo está centrando ahora gran parte de los esfuerzos y
reflexiones de los activistas. El martes pasado, en una lluviosa tarde
del 1º de mayo, se presentaba una iniciativa más, la llamada Oficina
Precaria, una herramienta de defensa de los desempleados. “Estamos
cubriendo el vacío que dejan los sindicatos, intentando llegar a donde
no llegan”, cuenta Abel Martínez, de Juventud Sin Futuro, uno de los
impulsores de este proyecto.
Economista y periodista de 24 años, explica
en qué consiste el invento mientras rula un cigarrillo: la Oficina
Precaria (www.oficinaprecaria.net)
se ocupará sobre todo de los que no tienen empleo, de los becarios
explotados, de los falsos autónomos; ofrece asesoría legal; y anima al
empleo cooperativo.
Se inspira en la lucha contra los desahucios, gran caballo de batalla
del 15-M, y, en ese sentido, usa las redes sociales para señalar a las
empresas que incurren en abusos. Y pretende que se visibilicen los
atropellos que cometen las empresas en materia laboral.
La lucha contra el desahucio, mientras tanto, sigue su curso. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca
(PAH) existía antes del 15 de mayo.
Se fundó en noviembre de 2010. Pero
de los más de 250 desahucios que ha conseguido parar, más de 180 se han
frenado con el apoyo del 15-M. “En los primeros desahucios teníamos que
fletar autobuses para recabar apoyos”, recuerda Ada Colau, portavoz de
la PAH, en conversación telefónica desde Barcelona. Sostiene que el
apoyo del 15-M lo cambió todo de un día para otro. “Vimos cómo un río de
gente se sumaba a esta causa. Hacía falta una red de proximidad”. (...)
“El 15M ha revitalizado la cultura política de una manera asombrosa”,
declara Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública de la
Universidad Rey Juan Carlos. El debate sobre la transparencia; sobre la
dación en pago; sobre el trato privilegiado a los bancos; la defensa de
los derechos de los ciudadanos con la marea verde (educación); la marea
azul (contra la privatización de agua); la marea roja (en apoyo a los
desempleados); el cuestionamiento de la ley electoral.
“Se está
produciendo un auténtico cuestionamiento de la gestión de la crisis por
parte de socialdemócratas y conservadores”, argumenta el sociólogo
Miguel Martínez. “Han entrado nuevas voces, nuevos temas”, dice
Sampedro. “Se ha roto con los pactos y silencios obligados de la cultura
de la transición. El problema es que mucha gente mira con ojos del
siglo XX expresiones que anticipan la democracia del siglo XXI”.
La expansión continúa. Hay una auditoria ciudadana de la deuda en
marcha. Y está a punto de presentarse el Tribunal Popular Indignado, con
el que se pretende que gente de la calle juzgue las acciones de la
clase política y económica. Más allá de esa parafernalia, explica una de
sus impulsoras, se pretende convertir ese tribunal en una herramienta
de recuperación de pruebas que puedan ser presentadas ante la justicia
ordinaria." (El País, 05/05/2012 y El País, fotogalería, 12/05/2012)
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