"Las palabras de Irene Rupérez son bien distintas. Rezuman desilusión,
impotencia, resignación. Con 24 años, es diplomada en relaciones
laborales y licenciada en periodismo. Posee un máster oficial en
comunicación y periodismo deportivo, un curso de community manager y
habla bien inglés. Ha trabajado en grandes cadenas de televisión y
agencias de prensa, pero en España no encuentra empleo.
Ya tiene los billetes de avión comprados: a finales de octubre se va a
Berlín a probar suerte. "No voy con ninguna idea clara, realmente huyo
un poco de la realidad española, del Gobierno y de la situación
desastrosa por la que pasa España", explica. (...)
"Me da pena dejar a mi familia, mi novio, mis amigos... Pero creo que
es lo mejor para mí". Asegura, sin embargo, que en España podría
trabajar. Lleva haciéndolo siete años, pero casi nunca en lo suyo.
"He
compaginado mis estudios con el trabajo en muchas tiendas de ropa,
restaurantes y he puesto copas en todo Madrid, pero llega un momento en
el que tienes que tomar la decisión de seguir haciendo eso o no...
Creo
que tengo la formación suficiente como para merecerme algo más, y
probablemente en Madrid tenga muchas oportunidades de trabajar, ya que
con mi curriculum en hostelería y en moda, y con mi edad, puedo
encontrar trabajo, pero no en lo mío, no en periodismo…". (...)
Eva Martín es una de esas jóvenes españolas que ya han pasado a la acción. En el momento de atender a El Huffington Post,
le quedaban dos días para marcharse a Londres en busca de trabajo.
"Los
sentimientos están a flor de piel", reconocía. Tiene 28 años y le queda
una asignatura para ser licenciada en Química. Se marcha a Inglaterra,
sobre todo, para aprender inglés y, de paso, intentará encontrar empleo.
"Acabaré trabajando en algún hotel, restaurante o tienda de ropa. Aún
así espero con el tiempo encontrar algo de lo mío", explica.
"He sido becaria en una empresa del sector farmacéutico, trabajando como una más a tiempo completo por la módica cuantía de 588 euros. Aún así, tengo que estar agradecida de que me dieran una oportunidad laboral en un terreno relacionado con mis estudios, y que encima me pagaran, conozco varios casos en que los becarios trabajan por amor al arte. He estado un año aquí, que era lo máximo que podía estar en contrato en prácticas. Como no me contrataron, estoy desde el 10 de agosto en el paro", añade.
Como en el caso de Irene, Eva teme que si se queda en España termine
trabajando en algo que no está relacionado con sus estudios. "No dejaría
de ser una chica de casi 30 años, con un sueldo precario viviendo en
casa de sus padres y sin poder tener expectativas en ningún sentido,
porque ni podría optar en principio a un puesto mejor ni estaría en mis
posibilidades poder independizarme. Esta fuga de cerebros a la larga nos
va a perjudicar como país", pronostica. (...)
Un peldaño por encima de Eva y de Irene en cuanto a experiencia en el
exterior se encuentra Javier Rincón, de 28 años. Nació en Madrid, ha
vivido en Málaga y Murcia, estudió ingeniería de Sistemas en la
universidad de Loughborough en Leicestershire (Reino Unido) y lleva un
año trabajando en Berlín dentro del entorno de las startups de Internet. "Primero como Director de Marketing en 6Wunderkinder, y ahora como responsable de Analíticas y Optimización en Moviepilot.com", explica.
Cuenta que tras acabar la carrera regresó a España y estuvo
trabajando dos años y medio. "Durante esta etapa comprendí que las
condiciones en España no eran las más adecuadas y decidí poner rumbo a
mejor destino. Estuve a punto de ir a San Francisco, pero sólo dos
semanas antes me llegó una oferta muy buena de Berlin. No podría estar
más contento con mi decisión", asegura.
¿Tanta diferencia encontró entre el mercado laboral de España y el de
Alemania? Javier no tiene duda: "Hay unas grandes diferencias
culturales que determinan no sólo las oportunidades en Alemania, sino
cómo trabaja la gente.
El ecosistema que se está creando está muy por
encima de lo que viví en España. Los alemanes son puros ejecutores, no
se dedican a charlar tanto como en España. Y eso se nota en los
resultados".
Por eso, no titubea al asegurar que no le gustaría volver a
España para trabajar: "Cada vez que vuelvo me llevo sorpresas que
suelen ser muy negativas sobre el estado del país. Veo un claro declive
tanto en cultura, política, economía...".
Desde su experiencia, aconseja valentía a los jóvenes que deciden
emigrar: "El mundo está lleno de oportunidades y es una gran pena que
por comodidad o miedo injustificado los jóvenes se queden en un país que
no les permite cumplir sus sueños. No te desesperes si no puedes hablar
ingles, o alemán, o estas poco cualificado.
Lo importante es crear un
plan que te permita en el futuro llegar a donde quieras y luego
ejecutarlo". (...)
"¿Qué de positivo puede tener que parte de la generación mejor preparada
de nuestra historia se vea condenada a emigrar para ganarse la vida?
Es, simplemente, la constatación de un gran fracaso", concluye Pueyo." (Rodrigo Carretero, Hufftington Post, 13/10/2012)
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