"Nos encontramos así con la aparente
paradoja que vemos, junto a un enorme crecimiento de la cantidad de
dinero existente en manos de unos pocos, una gran escasez de dinero para
que la mayoría de la población pueda pagar los bienes y servicios que
necesita para mantener su nivel de vida.
En realidad, la pobreza está
alcanzando dimensiones epidémicas, alcanzando grupos y clases sociales
que se habían siempre considerado inmunes a tal escasez de recursos.
Lo que debería hacerse y no se hace
Parecería que lo más lógico es que se repartiera la enorme concentración de dinero para que se transfiriera a la población en general permitiéndoles que compren y atiendan a sus necesidades, recuperándose así la economía.
La solución a esta recesión es extraordinariamente
fácil de diseñar, si el conocimiento científico fuera el que motivara
las decisiones políticas. De nuevo, toda la evidencia científica creíble
existente señala que tal concentración de las rentas está dificultando
la resolución de la crisis. Y la manera de corregir la concentración es
la redistribución de tal dinero.
Sólo en EEUU, el dinero acumulado (por
la élite económica) durante estos años de crisis es de 2 trillones
(americanos) de dólares. No hay, pues, falta de dinero. Su
redistribución hacia las clases populares resolvería rápidamente el
problema de falta de demanda en EEUU.
Que ello no se haga se debe al enorme poder que tiene este 1% de la población en cada país y las alianzas que se establecen entre ellos en varios países.(...)
Hay intereses muy poderosos –para los cuales tales economistas trabajan-
que apoyan la austeridad. Uno de ellos es el capital financiero, pues
la expansión económica, que resultaría de las políticas redistributivas,
afectaría la inflación. Y el enemigo número uno de la banca es siempre
la inflación. Si el lector tiene 100 euros y la inflación anual es de un
10%, al final del año, su billete de 100 euros únicamente tiene un
valor de 90 euros en comparación con los iniciales. Y la banca tiene
billones de euros.
Eso significa que ligeras variaciones de la inflación
pueden tener impactos sumamente negativos para el capital financiero.
De ahí que las políticas de austeridad que se están imponiendo en la
Eurozona (y utilizo la expresión imponiendo porque en ninguno de los
países donde tales políticas se han llevado a cabo éstas estuvieron en
los programas electorales de los partidos gobernantes), y que están
dañando el bienestar de la mayoría de la población, hayan sido las
escogidas por el sistema de gobierno del euro (el Banco Central Europeo y
también la Comisión Europea), enormemente influenciado por el capital
financiero europeo (y muy en especial el alemán).
Estas políticas han
sido muy exitosas para tal capital financiero. La inflación en el
promedio de la Eurozona ha sido alrededor del 2% por año, el objetivo
que se diseñó cuando se estableció el euro (en noviembre fue el 2,2%). (...)
Pero hay otra razón por la cual se continúan las políticas de
austeridad. Y es que la enorme cantidad de dinero que se está utilizando
por parte de la banca en prácticas especulativas tiene también sus
elevados riesgos, como la banca es bien consciente. De ahí que lo que
desea es buscar nuevas áreas de inversión que no sean especulativas,
tales como la Seguridad Social y los servicios públicos del Estado del
Bienestar.
Se necesitan, pues, medidas de austeridad que empobrezcan las
transferencias públicas (como las pensiones) y los servicios (como
sanidad o educación), y que estimulen su privatización. Ello ofrece
nuevas posibilidades para la banca y para las compañías de seguro de
realizar amplios beneficios en actividades menos arriesgadas que las
especulativas. Esta es la explicación de las medidas de austeridad. (...)
Los mayores bancos del país tienen centros de estudios, organizan
conferencias, financian diarios y revistas llamadas científicas, donde
el dogma se reproduce y se promueve a través de amplias cajas de
resonancia, medios radiofónicos o televisivos, o prensa escrita, a su
vez endeudada y dócil a tales poderes.
El 1% para poder mandar necesita
el aparato ideológico que lo sustente, Y de ahí que, a pesar del daño
que tales políticas están causando, se continúen promoviendo." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 13 de diciembre de 2012, en www.vnavarro.org, 13/12/2012)
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