"Alemania está logrando imponer su interpretación de la crisis, según la
cual el problema es el exceso de gasto y la baja competitividad en los
países del sur y, por tanto, la solución pasa por la austeridad y las
reformas estructurales en los países periféricos.
Poco a poco, está
logrando que esta narrativa se integre en las nuevas reglas europeas
cambiando la simetría cooperativa que caracterizaba el método
comunitario y sustituyéndola por un intergubernamentalismo asimétrico de
acreedores frente a deudores.
Así, el Pacto Fiscal y el resto de
reformas de la gobernanza económica europea, los mecanismos de decisión y
actuación del fondo de rescate europeo (el MEDE), la forma de abordar
la unión bancaria o la idea de incorporar “contratos” entre la Comisión
Europea y los Estados miembros para asegurar el avance de las reformas
estructurales, además de responder a los intereses de corto plazo de
Alemania, le permiten fijar un marco de actuación que restringe el
margen de maniobra de sus socios para realizar políticas que considera
inadecuadas, sin la necesidad de estar vetándolas continuamente.
Así,
las soluciones de salida de la crisis a la americana (vía impulsos
fiscales o política monetaria expansiva heterodoxa) o a la japonesa (vía
adopción de objetivos más elevados de inflación para acelerar el
desapalancamiento financiero y, de paso, promover las exportaciones),
han sido prácticamente desterradas del debate en Europa.
Alemania (y sus
satélites del norte de Europa) está consiguiendo que las nuevas reglas
económicas que se están construyendo para la unión monetaria fijen de
forma inamovible una doctrina económica particular, que se asemeja al
modelo ordoliberal germánico. (...)
Alemania, que se siente incómoda teniendo que ejercer el liderazgo en
Europa y que está cansada de que le acusen de imperialista, ha optado
por intentar que su visión económica sea la única viable en la zona euro
que salga de la crisis.
Cuando los países del sur de Europa despierten
de la pesadilla económica en la que están inmersos, puede que se vean
obligados a alemanizar sus economías sin que Alemania tenga que hacer
nada para imponérselo. Esta es la aparición del poder estructural en la
Unión Europea y supone un cambio radical en su funcionamiento." (
Federico Steinberg , El País, 24 ABR 2013)-
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