6.5.13

Acabar con los paraísos fiscales es facilísimo, basta con dejar de reconocer los actos jurídicos firmados en esos países

"R. Esta crisis no se puede arreglar sin una mutación. Antes el petróleo movía el mundo, hoy es el turno de lo virtual y del I + D. Estamos ya en esa mutación, pero la política todavía siente nostalgia del legado de Thatcher y Reagan, y manda la lógica de las finanzas, que es la peor condena de la humanidad. 

Como le dijo un banquero a Tobin: “Mi más largo plazo, amigo, son diez minutos”. Cuando el valor supremo es el enriquecimiento rápido, la economía deja de ser un instrumento para la sociedad. El dinero que fluctúa gracias a la libre circulación de capitales se ha concentrado por encima de la cabeza de los Estados y hoy es un poder mucho más fuerte que la política.

P. ¿Solución?

R. Restablecer la primacía de la política sobre las finanzas. Controlarlas y regularlas de nuevo. Ir al nudo gordiano y extirparlo. Un país solo no puede. Hay que vigilar las finanzas y a la vez mirar hacia delante inventando un proyecto nuevo. Hace falta que Europa diga “se acabó”. Cerrar los paraísos fiscales, y traer el dinero de vuelta. Es facilísimo. Un juez amigo, Jean de Maillard, tiene la solución: dejar de reconocer los actos jurídicos firmados en esos países.

P. Pero los políticos no se atreven.

R. El problema es que las grandes empresas utilizan los paraísos fiscales para pagar comisiones. Si se destapara eso de golpe, pondría en riesgo miles de empleos. Por eso es importante que las listas de evasores sean publicadas en la prensa. Igual que ellos usan Internet para transferir sus fondos, nosotros tenemos que usar Internet para contarlo y acabar con ellos.

 Eso es imparable y hace mucho daño a los países que no cooperan. Cuando veamos los nombres de los defraudadores, entenderemos lo que pasa. El problema es que, cuando el dinero manda, todo parece moral. Tenemos que empezar por decirnos a nosotros mismos que es penoso que el único objetivo de la vida sea ganar mucho dinero. Lo más positivo de esta crisis es la toma de conciencia de la gente.

P. ¿Se está suicidando el capitalismo?

R. No hay un capitalismo, hay varios, o al menos adopta formas diferentes. El comercial, el industrial, el financiero… El capitalismo está mutando la sociedad y se está mutando a sí mismo.

 O inventa una nueva forma, y esa es su fuerza -su creatividad-, o desaparecerá. Pero al punto en que hemos llegado ya no podrá ser un verdadero capitalismo. Hace falta crear un nuevo sistema económico, con valores humanos y que respete las leyes de la naturaleza. (...)"          (MIGUEL MORA París , Publicado en el diario “El País”, Attac 06/05/2013)

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