"Un saldo negativo de 2.100 millones de euros para el ejercicio
presupuestario 2012. ¿Esto significa que la ayuda a los bancos es un
despilfarro financiero que hay que evitar en el futuro?
Lo
que el gobierno viene haciendo desde 2008 es para mí completamente
rechazable. El coste total de la ayuda que se acordó para Dexia, Fortis,
Ethias y KBC se eleva a 35.400 millones de euros, lo que equivale al
10% del producto interior bruto de nuestro país.
No obstante, por estos
35.000 millones de gasto, los ingresos no se han elevado más que a
¡9.000 millones! Es más, tuvo que financiarse mediante el endeudamiento
que produjo el pago de los intereses. Basta con ver la evolución de la
deuda, que ha pasado del 84% del PIB de Bélgica antes del comienzo del
rescate bancario al 99%.
¿Pero el Estado tenía elección?
Había
que responder a la debacle de los bancos garantizando los depósitos,
por supuesto, garantizando igualmente los empleos en las agencias, pero
transfiriendo estos bancos al sector público. Para mí, la deuda que
conocemos hoy se puede considerar ilegítima porque no respeta el interés
general.
Se dice a menudo que Belfius está al 100% en manos del Estado,
pero no es en absoluto una empresa pública, ya que el Estado no le ha
asignado una misión de servicio público, ni se le han impuesto normas
que debería tener una empresa así. Belfius tiene la intención de volver
al sector privado en cuanto le sea posible. Las autoridades de un país
como Bélgica renuncian demasiadas veces al ejercicio de los elementos
claves de soberanía.
Por supuesto que existen tratados europeos
apremiantes, ¡pero hay también un margen de maniobra que no se ha
utilizado! Además, era también de justicia tomar medidas para establecer
las responsabilidades de esta debacle.
Señalar el daño causado por los
gestores, los grandes accionistas, y también las autoridades de
inspección que han dejado hacer. Una enorme parte de los ciudadanos no
acepta que se deje a estas personas en total impunidad.
El rescate de los bancos, ¿es lo que les está animando a seguir con sus actividades sin cambiar su funcionamiento?
A
esto se le llama crear un azar moral: si una persona o una institución
sabe que para todos los golpes, aunque sean errores que ha cometido,
tendrá siempre su seguridad protegida, esta persona estará tentada de
tomar cada vez más riesgos.
El Estado, con su actitud, mantiene un azar
moral y los bancos, especialmente Dexia, no van a modificar su
comportamiento. Continúan adoptando altos riesgos, lo que va a provocar
nuevos costes a los poderes públicos en los años que vienen." (Elodie Blogie, Mondialisation.ca, Rebelión, 02/05/2013)
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