28.5.13

Mas acusó de la mala situación al despilfarro propio de la herencia recibida. Cuando el aumento promedio de la deuda catalana fue de un ridículo 0,15% anual

"El Gobierno de Mas había tenido que lidiar hasta ese momento con una severa crisis financiera de la Generalitat. El endeudamiento a final de 2010, cuando entró en funciones, se situaba en 34.697 millones de euros, un 17,8% de su PIB, el segundo mayor de las comunidades autónomas, salvo la Comunidad Valenciana (19,3%). Como es costumbre, el nuevo Gobierno acusó de la mala situación al despilfarro propio de la herencia recibida.

En realidad, la deuda y el creciente déficit llegaban, más que por un gasto creciente —que también lo hubo, sobre todo sanitario y educativo, por efecto de la explosión demográfica y por voluntad del Gobierno tripartito de compensar la atonía inversora del periodo de Jordi Pujol— por el desplome de los ingresos. 

Y este se debía a la profunda recesión iniciada después de la crisis de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Cataluña creció dos décimas menos que España entre 2001 y 2007, y fueron bastante emparejadas desde entonces.

 La crisis de la economía real arrancaba de un sector de la construcción desmesurado (que alcanzó el 11% del valor añadido bruto en 2006 para capotar después), siempre un punto por detrás del global español, compensado por dos puntos más de peso de la industria, que también sucumbió a la crisis.

“Es decir, todo el mayor déficit es explicable por esta sola razón: por la caída de los ingresos”, estimó el exconsejero de Economía, Antoni Castells. El peso de la recaudación proveniente de la burbuja inmobiliaria en la financiación pública provocó en buena parte, al cabo, el desplome de la misma.

Contra esa explicación, los nacionalistas e incluso sus economistas más destacados, durante una temporada apoyados por el discurso del PP local, han opuesto la tesis de la herencia: “El primer gran responsable de la deuda de la Generalitat es la propia Generalitat y su dispendio descontrolado durante los años de la burbuja”, naturalmente bajo los mandatos de izquierdas.

 Porque el tripartito habría “dilapidado” sin cuento, llevando a cabo un “vergonzoso despilfarro”. Es la tesis del reputado neoliberal Xavier Sala i Martín, amparada en que entre 2003 y 2008 la deuda pública catalana aumentó en un 50%, de 10.918 millones a 15.776. 

Datos ciertos y útiles para la tertulia política, pero que obvian lo principal, a saber, que el punto de partida era muy modesto si se aplica el criterio europeo de deuda en relación con el PIB: a final de 2003 era del 7,4% y había aumentado a solo el 8% en 2008, las fechas que Sala utilizaba como indicativo de la mala gestión. Es decir, el aumento promedio de la deuda fue de un ridículo 0,15% anual."     ( , El País,  26 MAY 2013 )

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