"El Gobierno de Mas había tenido que lidiar hasta ese momento con una
severa crisis financiera de la Generalitat. El endeudamiento a final de
2010, cuando entró en funciones, se situaba en 34.697 millones de euros,
un 17,8% de su PIB, el segundo mayor de las comunidades autónomas,
salvo la Comunidad Valenciana (19,3%). Como es costumbre, el nuevo
Gobierno acusó de la mala situación al despilfarro propio de la herencia
recibida.
En realidad, la deuda y el creciente déficit llegaban, más que por un
gasto creciente —que también lo hubo, sobre todo sanitario y educativo,
por efecto de la explosión demográfica y por voluntad del Gobierno
tripartito de compensar la atonía inversora del periodo de Jordi Pujol—
por el desplome de los ingresos.
Y este se debía a la profunda recesión
iniciada después de la crisis de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
Cataluña creció dos décimas menos que España entre 2001 y 2007, y fueron
bastante emparejadas desde entonces.
La crisis de la economía real
arrancaba de un sector de la construcción desmesurado (que alcanzó el
11% del valor añadido bruto en 2006 para capotar después), siempre un
punto por detrás del global español, compensado por dos puntos más de
peso de la industria, que también sucumbió a la crisis.
“Es decir, todo el mayor déficit es explicable por esta sola razón:
por la caída de los ingresos”, estimó el exconsejero de Economía, Antoni
Castells. El peso de la recaudación proveniente de la burbuja
inmobiliaria en la financiación pública provocó en buena parte, al cabo,
el desplome de la misma.
Contra esa explicación, los nacionalistas e incluso sus economistas
más destacados, durante una temporada apoyados por el discurso del PP
local, han opuesto la tesis de la herencia: “El primer gran responsable
de la deuda de la Generalitat es la propia Generalitat y su dispendio
descontrolado durante los años de la burbuja”, naturalmente bajo los
mandatos de izquierdas.
Porque el tripartito habría “dilapidado” sin
cuento, llevando a cabo un “vergonzoso despilfarro”. Es la tesis del
reputado neoliberal Xavier Sala i Martín, amparada en que entre 2003 y
2008 la deuda pública catalana aumentó en un 50%, de 10.918 millones a
15.776.
Datos ciertos y útiles para la tertulia política, pero que
obvian lo principal, a saber, que el punto de partida era muy modesto si
se aplica el criterio europeo de deuda en relación con el PIB: a final
de 2003 era del 7,4% y había aumentado a solo el 8% en 2008, las fechas
que Sala utilizaba como indicativo de la mala gestión. Es decir, el
aumento promedio de la deuda fue de un ridículo 0,15% anual." (
Xavier Vidal-Folch , El País, 26 MAY 2013 )
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