"El Partido
Popular de Rajoy ganó las elecciones por mayoría absoluta. El PSOE había
entrado en un espiral de desgaste acelerado comparable a la del PASOK
en Grecia. La razón es que había traspasado las líneas rojas de los
consensos constitucionales con el fin de intentar tranquilizar a la
banca y a los mercados financieros sacrificando derechos sociales
elementales. Pero ¿qué alternativa ofrece Rajoy? (...)
Su primer objetivo es tranquilizar a Berlín para ganar tiempo: Rajoy quiere figurar como alumno aventajado y conservar la confianza de Merkel, de los que hoy mandan en Europa (...)
Todos los argumentos alemanes para machacar al Sur, son conjugados por Rajoy: ha habido un gasto excesivo, hemos vivido por encima de “nuestras” posibilidades, la austeridad es condición necesaria para la recuperación, no nos podemos permitir un Estado del bienestar de estas características etc.
Este mensaje sirve para criticar al PSOE pero nos
pone en las manos de los halcones alemanes a los que acaban dándoles una
razón que no tienen en ningún caso. A medida en que pasan los meses,
sólo Alemania sale beneficiada de esta tergiversación del origen de la
crisis mientras el Sur se hunde un poco más en la miseria.
El Partido
Popular tiene tres cartas debajo de la manga para intentar parar el
desastre, las tres son malas y sólo sirven para hacer tiempo.
La primera es
crear un poco de empleo destruyendo un poco más, traspasando un poco más
los límites de las normativas ambientales, urbanísticas, laborales,
sanitarias: hacer más salvaje el capitalismo español, afear un poco más
el capitalismo feo español. La Ley de Costas es un buen ejemplo. Nada
nuevo en este intento de crecer destruyendo: es la especialidad de la
derecha hispana desde los tiempos del desarrollismo.
Destrucción de la
cultura, destrucción de los paisajes y de las tramas urbanas,
destrucción de la salud humana y de la naturaleza. El objetivo es
amplíar el margen de beneficios a cambio de generar un crecimiento
efímero que deja el rastro de una destrucción definitiva.
El sistema
empresarial e inmobiliario español ha sido tan destructivo, que es
improbable que se pueda destruir mucho más, al menos lo suficiente para
conseguir crecer de forma reseñable.
La segunda es
forzar aún un poco más las exportaciones. Las devaluaciones salariales
bloquean la recuperación del mercado interno pero hacen más competitivas
las mercancías hispanas. La “marca España” es la pólvora con la que se
han cargado los cañones de la nueva andadura de las empresas
exportadoras.
De hecho las exportaciones se han recuperado gracias al
hundimiento de los salarios llamado ahora “depresión salarial”. Es la
aplicación de la fórmula alemana, y cualquier cosa sirve para empujarla (...)
La tercera
tampoco es nueva: forzar la creación de una nueva clase
microempresarial, producir “emprendedores” (sobre sus antecedentes:http://asteinko.blogspot.com.es/2012/07/los-nuevos-autonomos-y-la-hegemonia.html).
Muchos son los que saben hacer cosas y tienen ideas. Sacrifican sus
últimos ahorros y montan una “empresa” convencidos de que el problema
está en la oferta.
Pero nadie compra nada. Son pequeños productores que
dependen de un mercado interno estancado, sin posibilidad de exportar.
Los “emprendedores” son, sobre todo, sobre todo un proyecto ideológico:
produzcamos ciudadanos que piensan como empresas y familias, y al menos
bloquearemos el avance de la izquierda pues cuando se piensa en la
pequeña parcela de los ahorrillos invertidos no se le pide nada al
Estado, se deja de pensar en el interés general y eso frena la
politización y la protesta.
A cambio de los servicios ideológicos
prestados a Alemania se le pide a Merkel que apoye un plan para darle
liquidez a las PYMES. ¿Qué saldrá de esta tercera, tal vez de la última
baza antes del descalabro? Posiblemente nada. Ni los alemanes dan nada
gratis, ni de nada sirve montar empresas cuando nadie compra nada.
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