"Con la nominación del dirigente griego de Syriza, Aleix Tsipras, a la presidencia de la Comisión Europea y la reelección de Pierre Laurent,
secretario general del PC francés, como presidente del Partido de la
Izquierda Europea (PIE) por otros tres años, han culminado en Madrid las
dos jornadas de intenso debate sobre la renovación de las ideas de la
izquierda y la puesta a punto del programa común para las elecciones
europeas. (...)
Los documentos aprobados aportan distintas medidas para hacer frente a
la grave crisis económica desde una óptica social y de izquierdas, y
fijan como prioridad la creación de empleo con un desarrollo sostenible,
ecológico y solidario.
El PIE apuesta por hacer frente de forma
radical a la austeridad impuesta por la Troika, se compromete a estudiar
cómo oponerse al pago de la parte ilegítima, contraída por los Estados
con las entidades bancarias especuladoras, a garantizar los servicios
públicos y a rechazar con firmeza el Tratado de Libre Comercio con
EE.UU.
En su breve intervención final, Tsipras animó a la izquierda
alternativa a aprovechar las elecciones europeas para “acabar con las recetas neoliberales que tanto daño provocan en su país y en la mayoría de la UE“. (...)
En su primera alocución ante el Congreso, Tsipras anunció que “el proceso
de cambio ha empezado en mi país, en Grecia; estamos a un paso de
gobernar y necesitamos el respaldo de una izquierda fuerte en Europa
para que nos ayude cuando tomemos la decisión de decir no a la
austeridad y presentemos un plan de viabilidad; si no tenemos esa
solidaridad no podremos salir adelante“, añadió.
Ese respaldo lo
recibirá hoy de un modo claro cuando sea proclamado candidato del PIE a
la presidencia de la Comisión Europea, algo que ocurre por primera vez,
ya que la presidencia del ejecutivo comunitario la negocian y deciden
los gobierno y no los pueblos.
También afirmó que la construcción europea sólo será posible con las
personas y mediante un proceso profundamente democrático y solidario. “Si Europa
quiere sobrevivir, necesita redistribución y solidaridad. Esos son los
pilares de una nueva Europa, la Europa de las personas.
Y este es
nuestro momento, nuestra última oportunidad“, destacó después de
recordar la pésima orientación del capitalismo salvaje,
obcecado en salvar a los financieros mientras sacrifica a los
asalariados en el altar del dios euro.
“Dijimos, y ha quedado demostrado –proclamó– que no puede haber
unidad monetaria si estamos divididos por un muro de dinero. Dijimos, y
ha quedado demostrado, que una unión monetaria indiferente a la sociedad
y que responde sólo a las necesidades del capital, es una Eurozona
propensa a la incertidumbre, a la inestabilidad y a la crisis. Dijimos, y
ha quedado demostrado, que ninguna unión monetaria puede funcionar sin
un banco central que actúe como tal.
Dijimos, y ha quedado demostrado,
que la élite política europea vio la crisis como una oportunidad para
reescribir la política económica de Europa. Dijimos, y ha quedado
demostrado, que la élite política europea, rehén voluntaria de la señora
Merkel, insiste en imponer a toda la Eurozona del Sur políticas que han
deteriorado el problema inicial“.
Pero si la fórmula neoliberal es ya un camino bloqueado en la
UE, Tsipras incidió en que la izquierda sola, como organización
política, no conseguirá el objetivo de doblegar al capital y por eso ha
de aspirar a conseguir “la alianza social más grande de la historia“, en clara referencia de las fuerzas sindicales y a los colectivos profesionales organizados.
“Sólo con la unidad y la alianza política y social mayor de la historia seremos decisivos para negociar la nueva política europea“, subrayó.
El congreso aprobó sin mayor complicación algunas propuestas comunes
en materia fiscal como el impuesto europeo sobre las grandes fortunas
para financiar el plan de recuperación económica, la famosa tasa Tobin sobre las transacciones financieras, la lucha contra el dumping
fiscal y la prohibición de ayudas públicas a empresas que despidan
trabajadores.
Las discrepancias surgieron entre los partidos de los
países del norte y del sur cuando éstos (IU y el PCE entre ellos)
propusieron la elaboración de la auditoría de la deuda pública para
determinar qué parte de la misma ha de ser considerada “odiosa”
porque no ha servido para financiar políticas sociales ni beneficiosas
para las sociedades.
Los alemanes y sus satélites prefieren la fórmula
de las ayudas para que el servicio de la deuda no gravara las políticas
sociales. La falta de acuerdo deja el tema sobre la mesa para la
Conferencia Internacional que celebrarán en marzo. (...)" (Cuarto Poder, 15/12/2013)
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