"El pasado 11 de Junio presencié una escena catastrófica, en la cual un
hombre era desahuciado del piso en el que vivía desde, seguramente,
muchos años. El hombre, al ver cómo le tiraban parte de su vida, se puso
a dormir en su colchón, allí en mitad de la calle.
Cuando terminaron de
echarle todos los muebles, ropa, electrodomésticos, etc., entonces
vinieron los "carroñeros" a robarle delante de sus narices todas las
cosas materiales que este señor había conseguido a lo largo de estos
años. El hombre se pasó unas cinco horas allí tirado en su colchón,
triste, hundido, sin saber muy bien cómo reaccionar ante lo que estaba
pasando.
En ese momento es cuando decidí llamar a la Guardia Urbana de
Barcelona, para que vinieran a auxiliarlo, incluso que lo llevasen
alguna habitación de acogida del Ayuntamiento. Al cabo de 30 minutos
pasó la primera patrulla de la Guardia Urbana, que ignoró completamente
la escena y se marchó, sin prestarle un mínimo de atención.
Incrédulo
ante lo que acababa de ver, decidí volver a llamar y exponerles que la
patrulla que pasó por el lugar no hizo absolutamente nada. Finalmente,
me dijeron que enviarían otra patrulla. Al cabo de 20 minutos llegó la
segunda patrulla.
Estos se acercaron al pobre hombre y empezaron a
hablar con él. Después de dos minutos de charla, se fueron literalmente
al bar y posteriormente lo abandonaron, dejando al hombre allí tirado
como una mísera bolsa de basura.
Por desgracia esta es la cruda realidad que nos toca vivir en este país.
Y esto pasa en Barcelona, Cataluña, España. Lo digo por los que dicen
que Cataluña es diferente al resto del país o que "España nos roba". Los
problemas son los mismos aquí y en La Rioja. Este hombre es arrojado a
la calle, con una mano delante y otra detrás, mientras que algunos
políticos se dedican a robar. (...)
A la escena que acabo de describir me remito. Ya está bien de
bipartidismo frustrado y de nacionalistas que solo miran por sus
intereses particulares sin importarle el resto.
Luego están los bancos, antes citados, que siguen enriqueciéndose a
costa de las necesidades de la sociedad. Cabe recordar que estos mismos
han sido rescatados con dinero público, mientras ellos echan gente a la
calle, dejando los pisos vacíos. La ciudadanía tiene que ponerse seria y
luchar por sus derechos, ya está bien de que una minoría se enriquezca a
costa de una mayoría cada vez más empobrecida. (...)" (
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