"El rascacielos está vacío. En una planta diáfana, un hombre se asoma al
gran ventanal, desde el que se ven los otros edificios que componen el
distrito financiero de Fráncfort. El hombre se da la vuelta: "En una
sala como esta, un lugar sagrado, una trade room, cabrían un centenar de brokers".
Así arranca el documental Master of universe, el Yo confieso
de Rainer Voss, ejecutivo alemán de banca, un hombre que delante de una
cámara cuenta -eso sí, sin decir nombres ni concretar datos para no
pillarse los dedos- cómo se llegó a la crisis financiera desde un punto
de vista único: el de un poderoso trabajador de un banco de inversiones. (...)
Voss, que tiene ahora 55 años, no es un radical, cree en el
capitalismo, en los mercados de valores, le gustaba ganar dinero. "Lo
que me enfurece es en lo que se ha convertido el sistema. Se ha
pervertido". Cuenta que en su primer día de trabajo como trader
ya ganó más que lo que su padre ingeniero ahorró en toda su carrera.
Que algunos días hizo ganar a su empresa varios millones de euros.
"¿Mi
puesto? Umm, a ver. Primero está el Consejo de Administración, luego un
primer anillo o escalafón, y luego uno segundo: ahí estaba yo". Y
empieza a recordar su vida y a analizar la crisis de forma iluminadora:
"Creamos innovaciones financieras. Logramos que la economía real se
subordinara a la financiera.
Y sobre todo, se desregularizó el mercado.
No te engañes: no existe el libre mercado. ¿La crisis es culpa de la
desregularización? No. ¿Es un prerrequisito? Desde luego".
Voss ganó mucho dinero. Aprendió inglés -hoy lo habla fluido-, se
compró una casa de veraneo en Cataluña, dejó de ver a su familia, dormía
en la oficina. "No existe el mundo exterior. Te vas de vacaciones con
compañeros, de fiesta con ellos. De casa al trabajo en coche y vuelta".
Y
seguía recolectando ganancias: "Es fácil hacer ganar una millonada con
minúsculos movimientos de precios. Si tienes millones de euros a tu
disposición para invertir, solo necesitas que el precio varíe un 0,0001%
para obtener grandes beneficios. En la pirámide alimenticia mercantil,
empresas como Siemens o Volkswagen son más listas que un banco.
Y debajo
de ellos estarían las compañías intermedias, los Gobiernos locales y
los inversores privados. Hay un viejo dicho en las bolsas: los
inversores privados siempre pierden. A veces ganan, pero es como jugar a
la ruleta". Y recuerda: "Hace dos décadas, una acción estaba unos
cuatro años en manos de su dueño. Hoya la media es de 22 segundos".
(youtube)
No hay grandes lamentaciones: Voss sabía lo que hacía. "Pero sentía
que a mi alrededor los valores morales que yo poseía se iban pudriendo,
que el sistema y la sociedad se alejaban de mí".
Delante de la cámara el
exejecutivo para tres veces la grabación: cuando le preguntan por
cuánto sabían los clientes de los productos que él les colocaba, aunque
en persona explica: "La avaricia, la competición es tremenda.
Solo
vendes tu producto a clientes sin las mismas oportunidades que tú"; la
segunda cuando le inquieren por su familia (tampoco añade mucho más en
persona, salvo que sus hijos le recordaron por qué había empezado en la
banca: "Para ayudar a la gente"), y la tercera, para hablar del miedo de
un trader cuando peligra su trabajo.
A cambio aporta grandes
titulares: "El próximo país en peligrar en la Eurozona será Francia";
"Los mercados no aprenden"; "Claro que sabíamos que iba a haber guerra
en Irak"; "Los bancos tienen un plan B para todo. Bueno, para casi todo.
Porque no hay plan B para esta crisis"; "El dinero es como el amor:
nunca tienes suficiente"; "¿Cuánto gané? Más de lo que algunos piensan,
menos de lo que otros creen. Es como los futbolistas: unos pensarán que
ganan poco, otros que mucho".
¿Y qué puede hacer un ciudadano normal? "El abatimiento es un
sentimiento estéril. Enfádate, levántate, protesta como Occupy Wall
Street, escribe a tus políticos. De verdad que la gente que hay en
Bruselas es inteligente, competente. ¿Por qué no controlan el sistema
financiero?
Bueno. es es como si quisieras sacar el dinero del sistema
como el aire dentro de un globo y solo tienes una aguja. No quieres
estallar el globo-sistema, sería una catástrofe. Debes pinchar con mucho
cuidado para que salga el aire poco a poco... mientras los países
siguen pidiendo ayuda a paladas. Complejo".
"Quiero que la gente que vea el documental entienda que el dinero es
irrelevante en ese contexto, en el que se mueve tanto. Es más importante
la avaricia, la competición, la sensación de pertenecer a una secta, a
un movimiento especial. Y que no hay buenos o malos como dicen los
medios de comunicación. No hay un grupo de gánsteres. Es todo más
complicado, es el mismo sistema el que ha olvidado la moral, es gente
que se convierte en culpable sin ser culpable según las reglas del
sistema".
A Voss le gusta cómo refleja su mundo el documental Inside job y el filme Margin call. "¿Wall street?
Bah, es como una ópera". Ahora el alemán lleva camisetas, va en
vaqueros: "Me dedico a hacer nada [risas]. Hace 200 años había gente que
filosofaba, pensaba y nos parecía bien. Hago eso ahora y parece
extraño". (...)" (
Gregorio Belinchón
, El País, Madrid
18 MAY 2014 )
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