"(...) Si bien hay muchas explicaciones sobre las demoras de la recuperación
en la zona del euro, queda claro que el exceso de deuda, tanto pública
como privada, ocupa un lugar preponderante.
La participación de las
deudas brutas de los hogares
y las instituciones financieras en el ingreso nacional es mayor hoy que
antes de la crisis financiera. La deuda corporativa no financiera solo
ha disminuido ligeramente. Y la deuda gubernamental,
por supuesto, aumentó bruscamente debido a los rescates de los bancos y
a la pronunciada caída de los ingresos fiscales por la recesión.
Sí, Europa también se ve afectada por una población envejecida. Los
países del sur de la zona del euro, como Italia y España, han sufrido el
aumento de la competencia china en las industrias textil y de
manufactura liviana. Pero así como el boom del crédito precrisis
enmascaró los problemas estructurales subyacentes, las restricciones
crediticias posteriores a la crisis han amplificado profundamente la
caída. (...)
Los líderes alemanes creen, con cierta razón, que si Francia e Italia
adoptan reformas similares esos cambios obrarán maravillas para el
crecimiento a largo plazo de sus economías.
Sin embargo, ¿cómo se explica la situación de Portugal, Irlanda y
(especialmente) España, quienes han tomado pasos significativos para la
reforma desde la crisis? Todos continúan experimentando tasas de inflación de dos dígitos, un crecimiento moribundo y, como dejó muy en claro el último Monitor Fiscal del Fondo Monetario Internacional, todos aún sufren significativos problemas de endeudamiento.
El exceso de deuda atrapa a los países en un círculo vicioso. Si la
deuda pública y privada es excepcionalmente elevada, las opciones del
país se ven limitadas y eso puede asociarse indiscutidamente con un
menor crecimiento, que a su vez dificulta la salida de una trampa de la
deuda. (...)
Es difícil ver cómo los países europeos pueden evitar indefinidamente
recurrir a la gama completa de herramientas de deuda, especialmente
para reparar las frágiles economías de la periferia de la zona del euro.
La expansiva garantía del BCE de hacer «todo lo necesario»
efectivamente puede ser suficiente para ayudar a financiar en el corto
plazo un mayor estímulo del que ahora se permite; pero esa promesa no
solucionará los problemas de sostenibilidad de largo plazo.
De hecho, el BCE pronto tendrá que enfrentar el hecho de que las
reformas estructurales y la austeridad fiscal están muy lejos de
constituir una solución completa a los problemas de la deuda en Europa.
En octubre y noviembre, el BCE anunciará los resultados de sus pruebas de resistencia a los bancos.
Debido a que muchos bancos mantienen un gran volumen de deuda
gubernamental de la zona del euro, los resultados dependerán en gran
medida de la forma en que el BCE evalúe el riesgo soberano.
Si el BCE subestima groseramente los riesgos, su credibilidad como
regulador quedará fuertemente empañada. Si muestra una mayor franqueza
respecto de los riesgos, es posible que algunos países de la periferia
encuentren dificultades para tapar los baches y requieran ayuda del
norte. Esperemos que el BCE haga gala de franqueza. Es hora de mantener
una conversación sobre el alivio de la deuda para toda la periferia de
la zona del euro." (Kenneth Rogoff, Project Syndicate, 10/07/2014)
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