19.9.14

Bajo el Gobierno de Rajoy no ha habido austeridad alguna... En realidad se está produciendo un despilfarro de dinero público en favor de los amiguetes, los del sobre

"Debo reconocer que cada vez que habla nuestro ínclito monclovita literalmente me saca de mis casillas. Ya no soporto más mentiras, más engaños, tanta caradura. (...)

Pero vayamos por partes. Negamos la mayor. Bajo el Gobierno de Rajoy no ha habido austeridad alguna, la deuda pública se ha disparado como nunca antes en nuestra historia reciente, mientras que la inmensa mayoría de los españoles sufrían un intenso proceso de empobrecimiento, especialmente los grupos más vulnerables. 

En realidad se está produciendo un despilfarro de dinero público en favor de intereses espurios, mientras desde el ejecutivo se incentivan devaluaciones salariales, recortes en el gasto social, un empeoramiento sin parangón en los servicios públicos, un deterioro masivo de las condiciones laborales de la ciudadanía, y una pérdida continua y constante de derechos.

No señor Rajoy, usted no ha hecho ninguna reforma estructural. Por el contrario, a través de la legislación, vía mayoría absoluta, su ejecutivo trata de reactivar un régimen en descomposición, donde los privilegios, los favores, y la corrupción de una élite insolvente son la moneda de intercambio diario. 

Las prebendas a los otrora antiguos monopolios naturales -eléctricas, petroleras, y telecomunicaciones-, y las inyecciones de dinero de los contribuyentes a los causantes de la crisis, el binomio inmobiliario-bancario insolvente, han sido el pan nuestro de cada día. Como consecuencia, la evolución de la deuda pública es explosiva, fruto de una socialización de pérdidas privadas en toda regla.

 El montante de deuda de las administraciones públicas supera el billón de euros según el protocolo de déficit excesivo, lo que supone un incremento de 300.000 millones de euros, bajo Rajoy, en solo dos años y seis meses. Si atendemos a las Cuentas Financieras de Banco de España, dicha cifra supera en realidad los 1,3 billones de euros, lo que supondría un incremento de más de 500.000 millones de euros, en solo dos años y tres meses -el último dato disponible corresponde a final del primer trimestre de 2014-.  (...)

Sólo se está incrementando la deuda pública para financiar a terceros, sanear sus desaguisados, pero no a todos, sólo a la superclase. El resto que espabilen. (...)

Estamos inmersos en una nueva fase de apogeo de las élites, que en realidad oculta un empobrecimiento masivo de la ciudadanía. El colapso causado por el fraude bancario generalizado apenas les ha afectado, en tanto que ha acabado con la mayor parte de la riqueza acumulada durante los años de crecimiento por las clases medias y bajas.  (...)"           (Juan Laborda, 27/08/2014)

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