"(...) cada crisis llega a su fin. El éxito no se debe medir por el hecho de
que la recuperación se produce con el transcurso del tiempo, sino que
se debe medir según la rapidez con la que dicha recuperación se afianza y
según cuán extensos son los daños causados por la caída.
Visto en estos términos, la austeridad ha sido un desastre total y
absoluto, desastre que se ha hecho cada vez más evidente a medida que
las economías de la Unión Europea se enfrentan una vez más al
estancamiento, si es que no se enfrentan ya a una recesión de triple
inmersión, con un desempleo que persiste en niveles récord y, en muchos países, con un PIB real per cápita (ajustado según la inflación) en niveles que permanecen por debajo de los niveles pre-recesión. (...)
Los países más afectados se encuentran en una depresión. No hay otra
palabra para describir una economía como la de España o Grecia, donde
casi una de cada cuatro personas – y más del 50% de los jóvenes – no
puede encontrar trabajo.
Decir que el medicamento está funcionando
porque la tasa de desempleo se ha reducido en un par de puntos
porcentuales, o porque uno puede ver un atisbo de magro crecimiento, es
similar a que un barbero medieval diga que una sangría está funcionando,
porque el paciente aún no ha muerto. (...)
Mientras tanto, Alemania está obligando a otros países a seguir
políticas que debilitan sus economías – y sus democracias. Cuando los
ciudadanos votan repetitivamente por un cambio de políticas – y pocas
políticas les importan más a dichos ciudadanos que aquellas que afectan a
su nivel de vida – pero se les dice que estos asuntos se determinan en
otro lugar o que ellos no tienen otra opción, tanto la democracia como
la fe en el proyecto europeo sufren un deterioro. (...)
Todo el sufrimiento en Europa – infligido al servicio de un artificio
hecho por el hombre, el euro – es aún más trágico por ser innecesario.
No obstante que la evidencia sobre que la austeridad no funciona sigue
en aumento, Alemania y los otros halcones han doblado sus apuestas
relativas a dicha austeridad, apostando el futuro de Europa sobre la
base de una teoría que está desacreditada desde hace ya mucho tiempo
atrás. (...)" (Project Syndicate | Joseph E. Stiglitz, en Tribuna Libre, 29/09/2014)
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