"(...) Una posible victoria de Syriza no tendría un impacto inmediato de un
eventual giro político ni en el Parlamento ni en la Comisión Europea,
pero ¿y en el Consejo? Con el Tratado de Lisboa los temas que requieren
unanimidad son cada vez menores pero no irrelevantes.
Es el caso de la
política fiscal, la cultural o buena parte de la política exterior y de
defensa. Situarse en una posición de bloqueo siempre acarrea costes,
especialmente para un país pequeño, pero no es descartable, aunque sólo
sea en términos de amenaza, si un país se ve acorralado.
Por otro lado,
Grecia es un país clave cuando hablamos de fronteras exteriores de la
UE, uno de los temas centrales en la agenda europea. (...)
Si parte del poder europeo (en las instituciones, en algunos gobiernos,
en el sector privado o en los medios de comunicación) reaccionaran a
una eventual victoria de Syriza queriendo demostrar que los griegos se
han equivocado de voto e intentando señalar al resto de europeos, y muy
especialmente a los del Sur, el camino que no hay que tomar, esto
tendría consecuencias nefastas para el proyecto de construcción europea." (CIDOB | Eduard Soler i Lecha, Héctor Sánchez Margalef , en Tribuna Libre, 23/01/2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario