2.3.15

En la quita de la deuda alemana de 1953 se redujo esa deuda (intereses y capital) un 62,5 %. Y les fue muy bien, entonces ¿por qué Merkel no hace lo mismo con la deuda del sur?

"(...) Éric Toussaint. Sí. Cuando se realizó la conferencia de Londres, los acreedores de la joven República Federal Alemana consideraron la deuda acumulada desde los años 20 y 30 (incluidas las que se habían emitido en reemplazo de las reparaciones de guerra de 1914-1918, establecidas por el tratado de Versalles) y las contraídas entre 1945 y 1953. 

Los signatarios, esto es, los aliados occidentales (Estados Unidos, Francia, Reino Unido…) no sólo redujeron la deuda (intereses y capital) de Bonn un 62,5 %, sino que también crearon las condiciones para que la Alemania Federal se reconstruyera lo más rápidamente posible. 

Los reembolsos no debían superar nunca el 5 % de los ingresos por exportaciones, la tasa de interés oscilaría entre el 0,5 % y el 5 % y la deuda se podía pagar en parte con moneda alemana, el deutschemark, que entonces tenía muy poco valor para los pagos internacionales. En la práctica eso significaba que los países acreedores, Francia,. Bélgica, Países Bajos, Estados Unidos sólo podían utilizar esos pagos para comprar productos… alemanes. 

Participaron así a la rápida reconstrucción de los grandes grupos alemanes, Thysen, Siemens, IG Farben…, los mismos que habían participado en el esfuerzo de guerra nazi. La deuda les abría mercados… En fin, los litigios con los acreedores tenían que solucionarse en tribunales alemanes. Es casi lo contrario de lo que la Unión Europea, el BCE y el FMI han impuesto a Grecia.

 Marianne. Es verdad, pero el acuerdo de Londres se inscribía en un marco jurídico e ideológico mucho más amplio de reconstrucción de la Europa occidental…

Éric Toussaint. Había que reconstruir Alemania lo más rápidamente posible para que constituyera una muralla frente al bloque soviético. Se pusieron los medios para levantar a los países aliados: no solamente la anulación de las deudas de Alemania, sino también por parte de Estados Unidos respecto a las deudas de Francia, Bélgica, Reino Unido, etc. Se suman a ello las donaciones: 13.000 millones dólares de la ayuda del plan Marshall (unos 100.000 millones de dólares actuales). 

Ese gesto provenía de una reflexión del gobierno de Roosevelt antes de la liberación de Europa sobre la oportunidad de distribuir donaciones o préstamos. Los estadounidenses se decantaron por las donaciones. Eso evitaría que los países europeos se vieran obligados a exportar sus productos a Estados Unidos para obtener los dólares indispensables para el pago de sus deudas. 

Era une medida generosa, pero proteccionista. Así, las empresas americanas no verían irrumpir en su país los productos europeos. Con las donaciones, por el contrario, podían vender sus máquinas, herramientas, cadenas de montaje, productos agrícolas a los europeos del oeste, salvaguardando así el pleno empleo que Estados Unidos había alcanzado en 1942. De hecho, la apuesta hizo ganar a todo el mundo hasta mediados de los años 1950. La lección de esa época es que la prosperidad se debe compartir.

Marianne. ¿Es lo que se llama un círculo virtuoso?

Éric Toussaint. Sí. Se habían aplicado las lecciones terribles del Tratado de Versalles y de los errores de los años 20, ilustrados por John M. Keynes. Fue también una época de regulación. En 1944 se creó el FMI para asegurar la estabilidad de los intercambios monetarios y el control de los movimientos de capitales; el Banco Mundial para permitir la financiación de las economías en despegue. 

Esto es lo que generaría los "Treinta Gloriosos": unos años de expansión y de pleno empleo en el mundo occidental, mientras que ahora la Unión Europea sufre, en cambio, una espiral descendente aplicando políticas restrictivas, instituyendo como dogma el equilibrio presupuestario, la reducción de los ingresos salariales, la irrevocabilidad de las deudas, y empujando a las economías más fuertes a desarrollarse en detrimento de sus socios más débiles. Pero ¿por qué los alemanes se aferran a esas políticas cuando su fracaso es patente en Grecia?

Si Angela Merkel prosigue con esa lógica es porque considera que Europa, con Alemania en el centro, debe ser más competitiva que Estados Unidos, China o los demás países emergentes a escala mundial: Rusia, Brasil, India. No tiene más perspectiva que proseguir con la reducción de salarios y la precarización de la mano de la obra, en su país y sus alrededores. Matteo Renzi, en Italia, y François Hollande, en Francia, no lo discuten. 

Copian poco o mucho las reformas Harz que destruyeron el modelo social alemán a partir de 2003-2005: en Italia, con la ley sobre el trabajo, en Francia con la ley Macron. Solamente piden un poco menos de esfuerzo presupuestario. (...)

El pueblo alemán no es responsable del nazismo. No existe una «deuda colectiva» de los alemanes. En cambio, no se puede admitir que Angela Merkel y Wolfgang Schäuble presenten sus exigencias con los griegos como una política generosa. Con la crisis griega, el coste de los préstamos del Estado a 10 años de Alemania ha pasado de 3,4 % en 2010 a 0,4 % en 2014.

 Es decir, un – 75 %, lo que permite a Alemania ahorrar 63.000 millones de euros. Todo eso porque los mercados ya no quieren correr riesgos y se abalanzan sobre los bunds. Eso también es verdad para Francia. Las autoridades alemanas, el BCE o el FMI, cuya directora general, Christine Legarde, afirma: «una deuda se paga», manipulan la opinión pública.

 Michel Sapin también lo hace, más amablemente. La cuestión es movilizar a los ciudadanos para mantener a Grecia de rodillas. Los dirigentes conservadores quieren infligir una derrota a Tsipras para evitar que los españoles elijan a Podemos a fines de este año. Algunos economistas falsifican la historia pretendiendo que Grecia se encuentra en el origen de la crisis de la zona euro. 

Es verdad que Grecia es el eslabón más débil de la cadena, pero es la misma zona euro que estaba, y lo sigue estando, mal concebida. Desde la introducción del euro se reemplazaron unas transferencias muy importantes desde los países del Norte hacia los países del Sur (Portugal, Grecia, Italia, España) por unos préstamos de los grandes bancos de los grandes países (Alemania, Francia, Italia…) hacia los países de la periferia. Los bancos se precipitaron sobre los préstamos inmobiliarios inflando la burbuja especulativa , que finalmente estalló. 

En 2012, se reestructuró la deuda griega y se reemplazaron los préstamos bancarios por empréstitos de los contribuyentes europeos. Y ese dinero —240.000 millones de euros— sirvió para reembolsar en primer lugar a las instituciones financieras de los países del Norte…"              (Entrevista a Eric Toussaint, Hervé Nathan , Marianne, 20 de febrero de 2015, en Rebelión, 02/03/2015)

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