23.3.15

"Medio centenar de potentados imponen las leyes económicas de la UE"

"(...) La planificación de este intento de obtener una hegemonía comercial planetaria comienza, asegura usted en su libro, hace más de 20 años con la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT), fundada en 1983 por 18 directores ejecutivos de grandes transnacionales europeas…

Sí, ahora ya está formada por los presidentes de 50 grandes multinacionales europeas, que controlan una facturación de 1,3 billones de euros [más que el PIB de España] y están literalmente redactando la legislación económica de Europa; les dicen a los gobiernos y a la propia Comisión Europea qué es lo que tienen que hacer. 

Ellos redactaron el Tratado de Lisboa, la política de la UE sobre competencia, y luego van a los gobiernos de sus países y les venden esa legislación. Es gente que tiene un poder tremendo detrás del escenario. Como dijo Peter Sutherland [excomisario de la UE y exdirector de la OMC, de la BP y de Goldman Sachs] "son más que un lobby porque cada uno de ellos tiene acceso a las más altas esferas del Gobierno".

Igual que Business Europe [la patronal europea formada por las patronales de 33 países], donde también están muchos de ellos y que tiene una inmensa influencia sobre la Comisión Europea. Ahí se reúnen todos, incluida la CEOE española, la MEDEF [Mouvement des Entreprises de France] y todas las demás. (...)

Volviendo al TTIP, usted sostiene que si se aprueba será como un paraíso para las multinacionales. ¿No cree que los gobiernos pueden poner cortapisas y controles para evitarlo, incluso si se aprueba?

No, tal como ahora está planteado el tratado. Los gobiernos nacionales sólo podrían decir o no; sólo tendrían la posibilidad de retirarse, de no firmarlo. Y no es muy probable que lo hagan si no hay una mayoría que lo hace. 

No tendrían la posibilidad de enmendar esto o aquello. Y si se firma, queda aprobado y será muy difícil dar marcha atrás. Porque es un tratado que estará por encima de las leyes nacionales, incluso de la Constitución de cada país firmante.

Bueno, en principio nada puede quedar por encima de la Constitución...

Sí que puede. El tratado sobre los tratados rubricado en Viena en 1969 es muy claro y se ha convertido ya en derecho consuetudinario: que los tratados internacionales sobrepasan a las leyes nacionales, incluidas las Constituciones. Por tanto, si no te gusta, no firmas, pero una vez firmado ya no puedes hacer nada para corregirlo.

¿Cómo conoce el contenido del tratado si se ha mantenido bajo siete llaves?

Bueno, no conocemos los detalles de lo negociado. No sabemos qué es lo que Europa está tratando de salvaguardar, sólo lo que nos cuentan desde la Comisión Europea, y eso muy a menudo no es más que una sarta de mentiras. Pero sí sabemos lo que EEUU busca, sí sabemos que en 3.200 tratados bilaterales de inversión incluyen la cláusula ISDS, la de resolución de disputas y diferencias entre los inversores y los Estados. 

 No cabe duda de que tanto EEUU como la UE quieren incluirla. Sabemos que las grandes compañías a ambos lados del Atlántico han estado discutiendo esto durante veinte años. Por tanto, sabemos qué es lo que quieren, y quieren estar al mando de las regulaciones y deshacerse de muchas de las reglamentaciones públicas en vigor.

Y las corporaciones norteamericanas han escrito cartas –que son de dominio público– a su Departamento de Comercio, instruyendo a sus negociadores: queremos esto y lo otro, como eliminar el principio de cautela [el que impide acciones industriales si no hay consenso científico sobre la posibilidad de que cause perjuicios a la población o al medio ambiente]; como levantar las restricciones a las exportaciones de los productos genéticamente modificados, especialmente los alimentos transgénicos; como acabar con la competencia de los medicamentos genéricos frente a los fármacos de marca…

En Europa, mediante la Directiva de Substancias Peligrosas, se han prohibido 1.200 productos químicos por el riesgo que presentan a la salud o el entorno. En cambio, en EEUU desde que en 1976 se aprobó la Ley de Sustancias Tóxicas sólo se han prohibido ¡doce productos en total! 

Por tanto, si firmamos el tratado, dudo mucho que la UE pueda impedir la importación de los productos norteamericanos que contienen esas 1.188 sustancias peligrosas. Además, nos ocultan la información sobre ese tipo de detalles del acuerdo, así que podemos inferir lo que realmente quieren hacer. La brecha, el abismo, que hay entre nuestras regulaciones y las de EEUU es inmensa. (...)"         (Entrevista a Susan George, 19/03/2015)

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