"La contratación laboral ha remontado en Cataluña en los últimos dos
años, pero las condiciones de los empleos no son las mismas y, según los
expertos, el cambio “ha llegado para quedarse”. Ganan terreno los
trabajos por horas, los bajos salarios y la temporalidad, siendo esta
última la que se ha extendido con más fuerza.
El único tipo de contrato
que crece desde el inicio de la crisis es el que vence a los 30 días: en
2014 se firmaron 886.781 frente a los 626.764 de 2007, un 41,5% más
según el Observatorio de Trabajo del Departamento de Empresa.
Los trabajos que duran un mes o menos han ganado peso y han pasado de
representar el 21,9% del total de la contratación al 36,3% en siete
años. (...)
“La flexibilidad se está extendiendo como modo de ahorro. Se están
haciendo contratos que van de lunes a viernes para no incluir en el
salario mensual lo que correspondería al fin de semana”, denuncia.
Faciaben cree que la crisis “está sirviendo de excusa” para eliminar
regulaciones y sobrepasar límites.
“Bajo el epígrafe de la flexibilidad
se pone al trabajador en una situación de extrema precariedad e
incertidumbre sobre su futuro, ya que sin un empleo estable se hace más
difícil acceder a todo: créditos, alquileres...”.
Entre quienes encontraron empleo el año pasado está Susana L.,
ecuatoriana de 33 años. Una residencia privada de ancianos en Barcelona
le hizo un contrato de 30 días para reemplazar a otra trabajadora.
Cuando este finalizó, le ofreció otro de 15. Un mecanismo que se repitió
hasta sumar los cinco meses, cuando Susana se cansó de horarios
imposibles que le impedían cuidar de sus dos hijos.
“El sitio me
gustaba, pero había días en los que tenía que estar de las nueve de la
mañana a las nueve de la noche. Solo tenía un día libre a la semana, que
iba variando”, recuerda. Prefirió volver a las listas del paro para
seguir un curso en el Servicio de Ocupación de Cataluña para ser
monitora de campamentos.
El empleo estable escasea entre los nuevos trabajos, que además se
ven obligados a aceptar sueldos y jornadas más cortas de las que les
gustaría. (...)
Uno de ellos es J. V., un doctorando en el CSIC que tuvo resignarse a
aceptar un contrato equivalente al 60% de una jornada completa para
desarrollar su proyecto de robótica. “Aunque muchas veces entro a las
9.30 y no salgo hasta las 19.30 porque tengo que cumplir con los plazos
de entrega de trabajos”, admite este investigador de 30 años.
La
continuidad de su empleo, de “poco menos de 1.000 euros al mes”, depende
de que el organismo le renueve el contrato cada año. Un trámite que no
se puede extender más de tres años. “Aunque tengo la esperanza de que el
centro reciba los fondos necesarios para poder contratarme”, afirma. (...)
A esto se suma que la reforma laboral aprobada en 2012 por el Gobierno
central abrió las puertas a la inclusión de horas complementarias,
recuerda el director de relaciones laborales de la patronal Foment del
Treball, Javier Ibars: “Ahora es posible que los trabajadores a tiempo
parcial hagan horas extra (...)
“Más que la crisis, fue la reforma laboral la que aumentó la
precariedad”, denuncia el secretario de acción sindical de UGT, Camil
Ros. “Antes, las empresas también tenían dificultades y, sin embargo, no
recurrían a ello”, afirma. (...)" (
Stefania Gozzer Arias /
David Fernández Guerrero
, El País, Barcelona
4 ABR 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario