20.5.15

Establecer el derecho al trabajo garantizado por el Estado, a nivel central, autonómico o local

"España se ha convertido en uno de los países más desiguales, no solo de la Unión Europea, sino también de la OCDE, el club de países más ricos del mundo. ¿Por qué? Una respuesta que está adquiriendo gran visibilidad ahí donde se cocina la sabiduría convencional del país, se centra en las grandes limitaciones del sistema educativo en España. 

En realidad, tales limitaciones se consideran también la causa del escaso crecimiento económico de este país, que se explica por la falta de gente formada, familiarizada con las nuevas tecnologías y conocimientos, que pueda responder a las necesidades del mundo productivo, compitiendo así en el mercado internacional. 

Constantemente se acentúa el mensaje de que el sistema educativo no está configurado para ayudar al mundo empresarial, que se encuentra con gran necesidad de trabajadores cualificados que puedan competir con los otros países avanzados tecnológicamente. (...)

Un análisis del sistema productivo señala que no hay déficit de trabajadores cualificados ni de profesionales avanzados en España. En realidad, hay más de los que el sistema productivo requiere, lo que explica su elevado desempleo y su éxodo a otros países. 

Hoy el mayor número de puestos de trabajo continúan estando en los puestos de baja cualificación. Lo que precisamente se requiere es cambiar estos puestos de trabajo para darles mayor responsabilidad y creatividad en el desarrollo de sus funciones, una tarea poco prioritaria en el sistema empresarial.

¿Qué está ocurriendo?

La raíz del problema es la estructura económica del país, donde predominan los sectores de baja productividad. Pero esta situación en sí no tendría por qué ser un problema, pues sectores de baja productividad pueden convertirse en sectores de alta productividad mediante inversiones en el puesto de trabajo. 

Y ahí está el quid de la cuestión: la falta de inversión en mejorar los puestos de trabajo, una de las más bajas de la UE. El empresario no siente ninguna presión de invertir cuando le es tan fácil conseguir trabajadores mal pagados. Si le fuera difícil, invertiría más, para que cada trabajador produjera más. Y ahí está el meollo del problema. Salarios bajos determinan baja productividad.

Pero este entendimiento del problema que tiene la economía española desplaza el punto de atención del trabajador al empresario, el cual tiene mucho más poder que el primero. Ello explica que se hable muchísimo menos de intervenciones sobre el empresariado, incluyendo su gran acumulación de beneficios a costa de ofrecer salarios bajos. 

Ahí es donde aparece la raíz de la desigualdad, en la excesiva concentración de los beneficios en sectores muy minoritarios de la población. Pero las soluciones pasan por unas políticas fiscales mucho más intervencionistas y más redistributivas, tema tabú hoy en día.

Una medida que Juan Torres y yo sugerimos en el documento preparado para Podemos, que en su original se titulaba Democratizar la economía para salir de la crisis mejorando la equidad, el bienestar y la calidad de vida. Una propuesta de debate para solucionar los problemas de la economía española, y que Podemos cambió a Un proyecto económico para la gente (del cual apenas se ha oído más), fue la de establecer el derecho al trabajo garantizado por el Estado, a nivel central, autonómico o local. 

Esta medida podría desarrollarse de muchas maneras (que detallamos en el documento), desde incentivar la creación de empleo por parte del sector privado a la provisión de empleo con financiación pública. Intentábamos con este tipo de medidas recuperar las políticas públicas que caracterizaron a los gobiernos socialdemócratas del norte de Europa, caracterizadas por alcanzar el pleno empleo con salarios altos y condiciones de trabajo satisfactorias (...)"            

(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 23 de abril de 2015, en www.vnavarro.org, 23/04/2015)

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