"(...) – Cuando se reconoció la quiebra de Grecia el problema podría haber
tenido una solución relativamente poco costosa y apenas incruenta
socialmente. Su deuda era, por ejemplo, unas tres veces menor al dinero
que los gobiernos francés y alemán dieron generosamente para salvar a
sus bancos.
Sin embargo, como he dicho, se aprovechó la situación para
obligarla a suscribir nuevos préstamos con tipos de interés cada vez más
altos gracias a la manipulación de los mercados por los propios
prestamistas.
– Las políticas de austeridad (de falsa austeridad, como señalaré
enseguida) han fracasado completamente. No han permitido alcanzar ni uno
solo de los objetivos que la Troika decía que iban a cumplir.
Han
provocado una caída de casi el 30% en la actividad económica y en los
ingresos, y la deuda (que se supone que era lo que iban a resolver) ha
aumentado considerablemente. Ninguna, exactamente ninguna de las
previsiones de la Troika al imponer estas políticas se ha cumplido.
– También son evidentes las pruebas de que esas políticas no han
buscado la austeridad y soportar menos gastos sustanciales, como decían:
Se podría haber financiado a Grecia sin intereses (o con intereses
irrelevantes), tal y como se viene haciendo con la banca privada para
salvarla de su irresponsabilidad. Actualmente, Grecia paga alrededor del
12% de su deuda pública en intereses frente al 0,56% de Alemania y eso
no se debe, como también se quiere hacer creer, a la mala situación
económica griega, sino a que se renunció a que el banco central financie
a los gobiernos para que hagan negocio con ello los bancos comerciales
creando dinero de la nada (han llegado a cobrar a Grecia un 35% de
interés por un dinero que obtenían prácticamente sin coste alguno).
Se podrían haber paralizado los gastos militares griegos pero no se
ha hecho porque son una fuente de ingresos para Alemania y Francia.
Ningún acreedor en su sano juicio impone a su deudor una estrategia
que le impida generar más ingresos sino que procura que los genere en la
mayor cuantía posible para que así pueda ir pagándole la deuda. La
Troika, sin embargo, se empeña día tras día en imponer políticas que
destruyen la capacidad de crear ingresos en la economía griega (las
medidas recesivas que ha vuelto a imponer para llegar a acuerdos y que
el gobierno griego ha rechazado con toda razón y sensatez).
Como diré
enseguida, no se busca en realidad que Grecia genere ingresos y pague
(como quiere el gobierno de Syriza), sino que se someta y que se
traspasen cada vez más recursos y poder al sector privado ya de por sí
más poderoso, lo que en lugar de salvar a la economía griega la
empeorará aún más, como antaño cuando se hizo exactamente eso. (...)
– Como han dicho reiteradamente, las autoridades griegas no se oponen
a pagar las deudas sino a que se cierren las fuentes de ingresos que
permiten pagarlas y mantener condiciones de vida digna de su población. Y
tampoco se han negado, ni siquiera, a realizar reformas en la línea
impuesta por sus acreedores, a pesar de estar en contra de sus deseos y
compromisos electorales.
– La única mejora que se ha producido en la economía griega fue tras
la reestructuración de la deuda, que es lo que principalmente reclama el
gobierno griego. (...)
¿Por qué, entonces, las autoridades europeas se empeñan en cerrar cualquier salida al gobierno griego?
La razón es sencilla: no se trata de huevo sino del fuero. Es decir,
lo que persigue la Troika, con la señora Merkel a la cabeza rememorando
lo que los aliados hicieron en el siglo pasado a su país, es mantener la
primacía de sus políticas y de los intereses que defienden. Lo que
buscan es evitar cualquier disidencia porque no pueden permitir que se
manifieste ningún tipo de hendidura, por pequeña que sea, por donde
entre una nueva manera de poner en marcha el proyecto europeo o de
salvar a los pueblos.
Por eso, la única manera de luchar contra la dictadura de la Troika y
de las autoridades europeas es con democracia (a la que temen como al
diablo) y poner en frente de sus designios la voz nítida e indiscutible
de los pueblos. El gobierno griego ha hecho bien convocando el
referendum. Ahora, las autoridades europeas deben retratarse: o están
con los pueblos o contra ellos." (Juan Torres López, Público, 27/06/2015)
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