"(...) “Esta noche se acaba una época del proceso europeo. Se abre una nueva
fase para la cual la Unión Europea no está preparada”, escribía ayer
por la tarde el periodista italiano Ferruccio de Bortoli, director del
‘Corriere della Sera’ hasta hace unos meses.
Arquetipo del periodismo
burgués ilustrado, De Bortoli no saltaba de alegría, ni se dejaba
arrastrar por la descalificación fácil de Alexis Tsipras y la coalición
Syriza. Cuando hablan las urnas, los demócratas se quitan el sombrero. Y
los italianos saben, además, que los griegos siempre han sido duros de
pelar.
Si hubiese ganado el sí, el neón con el rótulo “No se puede”
iluminaría desde ahora las noches de Bruselas, enviando un mensaje a
todos los rincones de la Unión: “No se pueden levantar barricadas con
los adoquines de la vieja soberanía nacional para poner en cuestión el
orden europeo”.
De haber ganado el sí, con holgura, hoy estaríamos
hablando de la inminente formación de un ‘gobierno técnico’ en Atenas, a
la espera de la convocatoria de elecciones en septiembre. Elecciones
que podría volver a ganar Syriza, con un programa corregido. (...)
El Directorio pidió a los griegos que se desembarazasen del Gobierno
Tsipras y la presión ha tenido efectos contraproducentes. La derrota del
Directorio tendrá repercusión en toda la Unión, especialmente en el
Sur. La onda de contestación a la política de austeridad ganará fuerza.
En Francia sonríe Marine Le Pen y Le Parti de Gauche del jacobino
Jean-Luc Mélenchon se coloca en pista de despegue. En Italia veremos
madurar pronto la escisión de izquierdas del Partido Democrático. Beppe
Grillo viajó ayer a Atenas. Matteo Renzi está nervioso. En Portugal, el
primer ministro conservador Pedro Passos Coelho puede perder las
elecciones generales de octubre.
En España, Podemos salvó anoche el espinazo –se lo iban a quebrar–, y
a Mariano Rajoy se le complica el calendario: singulares elecciones en
Catalunya en septiembre, en las que el PP puede quedar último –tercer
desastre electoral en seis meses–, y riesgo de que el vaivén griego
dificulte el discurso de la recuperación. El adelanto electoral es poco
probable, pero no imposible.
Grecia no será el inicio de un nuevo 1848 –oleada revolucionaria en
toda Europa que cuestionó el predominio del absolutismo– pero cómo decía
ayer De Bortoli, empieza una nueva e incierta fase.
Las actuales
tensiones de fondo no se pueden borrar con consignas. Desde anoche, el
enfoque de que todo lo que se opone al PP es “radical y populista” suena
a antiguo." (Sirtaki en la Moncloa, de Enric Juliana en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 06/07/2015)
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