"(...) No sabría muy bien que aconsejar a los griegos si me tocase hacerlo. Las dos soluciones son malas. (...)
Claro que si lo que le pasa a Grecia nos pasara a nosotros, no
tendríamos que escoger, porque recordemos que nuestra Constitución,
reformada por Zapatero con la ayuda del PP, ya establece que hay que dar
la máxima prioridad al pago de las Deudas, y que entre pagar pensiones y
salarios de los trabajadores públicos, y pagar lo que se debe al FMI,
no tendríamos margen para escoger. Nos tendríamos que hacer default a nosotros mismos.
En Bruselas ahora todos tratan de echarle la culpa al otro.
El
gobierno griego tiene buena parte de responsabilidad pero no la única.
En mi opinión, y de muchos economistas prestigiosos, la deuda griega no
es sostenible, no quererlo reconocer es absurdo, y las exigencias de los
acreedores no son razonables. No se puede pedir a un país en esas
condiciones que tenga un superávit primario del 3, 5 % ni del 1 %. En
términos reales el gasto público griego ha bajado un 20 % desde el
inicio de la crisis.
En España, por comparación, se ha mantenido estable. ¿Qué país puede
aguantar una caída de su PIB del 24 %, sin que se produzca una crisis
política grave.?. El propio FMI ha reconocido que se equivoco con las
políticas de austeridad impuestas a Grecia. Pero a la hora de la verdad,
pide más de lo mismo.
Por eso, pase lo que pase, si Grecia sale del euro será ante todo un fracaso de Europa, que empezara a poner la marcha atrás." (Josep Borrell, República de las ideas, 02/07/2015)
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