"(...) He aquí la mayor pega de esta nueva situación de aumento del empleo:
la intensa y generalizada precarización del mercado laboral. La calidad
de los nuevos puestos de trabajo es ínfima, y ello se constata
atendiendo a cinco características esenciales:
1) La inmensa mayoría de los nuevos contratos son temporales. La
proporción de trabajadores con contrato temporal ha aumentado
notablemente durante el gobierno de Rajoy (en más de 1 punto
porcentual), y la duración de los mismos es cada vez menor (mientras que
en 2008 era de 78 días de media, en la actualidad es de 54 días). Esto
último se debe en parte a que se registra el doble de contratos de un
día de duración que en 2008.
2) El número de contratos a tiempo parcial aumenta a ritmos
vertiginosos. La proporción de trabajadores a tiempo parcial sobre el
total ha aumentado en casi 3 puntos porcentuales durante el gobierno de
Rajoy. Es importante destacar que el 63,3% de todos ellos desearía
trabajar a tiempo completo (en 2008 este porcentaje era de la mitad).
Hoy día hay 230.100 ocupados a tiempo parcial más que hace justo 4 años,
cuando había menos ocupados en total.
3) La remuneración de los nuevos empleos es notablemente reducida.
Aún no existen datos actualizados al respecto, pero gracias a la teoría
económica (que nos dice que con tasas de paro enormes como la actual la
remuneración de los empleados tiende a caer), a la experiencia personal,
y a los datos de los últimos años estamos en condiciones de afirmar que
los nuevos salarios son muy reducidos.
La mitad de los nuevos contratos
producidos entre 2007 y 2013 tienen un salario por debajo de los 978
euros, algo que no ocurría desde hace 20 años si realizamos las
comparaciones pertinentes.
4) Todos los nuevos contratos disponen de menos derechos laborales y
de menor intensidad que los anteriores a 2010, debido a las reformas
laborales llevadas a cabo por los gobiernos del PSOE y del PP. Los
contratos indefinidos son una reliquia, porque hoy día apenas hay
diferencia entre este tipo de contratos y los contratos temporales en
materia de indemnización por despido y otras características.
Además,
cada semana hay casi 4 millones de horas extraordinarias que no se pagan
(si esas horas se trasladasen a nuevos empleos a tiempo completo
hablaríamos de la generación de 100.000 puestos de trabajo), y la
tendencia es desgraciadamente ascendente.
5) Los nuevos empleos se registran mayoritariamente en los sectores
típicos de la economía española: los de bajo valor añadido, replicando
así el mismo modelo económico que nos trajo a esta situación de crisis y
alejándonos de la urgente y necesaria transición de modelo energético y
productivo.
En los últimos 4 años, entre las ramas económicas que más
empleo han creado destacan: hostelería, restauración, actividades
inmobiliarias, actividades auxiliares a los servicios financieros y a
los seguros, actividades de agencias de viajes, y actividades
deportivas, recreativas y de entretenimiento.
En cambio, entre las ramas
económicas que más han destruido empleo están: fabricación de productos
informáticos, electrónicos y ópticos, fabricación de material y equipo
eléctrico, fabricación de otros productos minerales no metálicos,
fabricación de productos metálicos, industria textil y metalurgia,
fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones.
En definitiva: se crean nuevos empleos, sí, pero en unas condiciones
mezquinas y de una calidad nunca vista. Contratos temporales, a jornada
parcial, con salarios reducidos, con alta inseguridad laboral, con
niveles de explotación destacables, y en actividades de bajo valor
añadido, que explican que el porcentaje de trabajadores pobres no deje
de aumentar y haya alcanzado la cota del 12,3% (más de dos millones de
personas), situando a España en el tercer puesto de toda la Unión
Europea en este desdichado ranking.
Y todo ello sin olvidar que los que
no tienen empleo también empeoran: el porcentaje de parados que reciben
prestaciones por desempleo ha caído al 55,72%, un 7,7% menos que el año
anterior. El Estado gasta ahora un 17,8% menos que hace un año en estas
actuaciones. (...)
Nos encontramos con un nuevo paradigma laboral que comienza a asentarse
poco a poco en nuestra economía: el del empleo precario y trabajadores
pobres, tan conocido en determinados países asiáticos. (...)" ( Eduardo Garzón
, Saque de esquina, 26 July, 2015)
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