"La devaluación de China ha provocado mucho revuelo, pero es el efecto
no la causa del problema. El problema es que las exportaciones chinas
se desplomaron un 8% anual en julio.
El gobierno chino ha aprovechado
las recomendaciones del FMI de flexibilizar su tipo de cambio para
abaratar sus salarios en dólares, como recomiendan los manuales de
economía ante la caída de la demanda de tus clientes de exportación.
Pero las exportaciones de India también se han desplomado en julio un
10%. Y las exportaciones japonesas han registrado un fuerte retroceso
con el yen débil.
Desde 2008 la mayoría de países han orientado su salida de la crisis
vía exportaciones. El problema es: ¿quién va a consumir en el mundo? (...)
El aumento de clases medias en países emergentes se frenará en los
próximos dos años, especialmente en América Latina. Tras un largo
periodo expansivo apoyada por un superciclo de materias primas, se acabó
la fiesta en la región. La situación financiera es mucho más saneada
que en los años noventa, pero toca depurar los desequilibrios. (...)
Una posibilidad para reactivar el consumo mundial sería que Europa
pusiese en marcha un plan de inversión pública en los países con elevada
tasa de paro. Y que países con superávit exterior crónico, como
Alemania, aprobaran planes de inversión pública y bajadas de impuestos
para reactivar el consumo.
Para conseguir eso habría que acabar con la
moralina de la austeridad y la paradoja del ahorro. De lo contrario, el
escenario más probable es un menor crecimiento mundial, en Europa y en
España, y, seguramente, episodios de tensión financiera que reducirán
aún más el crecimiento." (
José Carlos Díez , El País,
20 AGO 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario