"(...) Las cajas de ahorros no eran bancos públicos (...)
Las cajas de ahorro no eran propiedad de accionistas que cotizaran en el
mercado bursátil, ni tampoco eran propiedad de una autoridad pública a
la cual rindieran cuentas. (...)
Las cajas eran instituciones privadas,
parecidas a las fundaciones, sin que estuvieran sujetas al régimen
jurídico de las fundaciones. Según las leyes que regularon su gobernanza
(leyes aprobadas en 1985 y en 2002), sus órganos de gobierno tenían
tres grupos de propietarios (o accionistas en la narrativa de la banca
privada).
Uno eran personajes procedentes de administraciones públicas
(que no debían representar un porcentaje mayor del 50% del Consejo
Directivo); otros eran los clientes-impositores (que debían ser entre un
25 y un 50% de tales cargos); y otros eran los trabajadores de la
entidad (que representaban entre un 5 y un 15%).
Tal diversidad de tipo de “accionistas”
(diversidad que se incrementaba al incluir personajes de opciones
políticas existentes dentro del grupo asignado a la administración
pública) facilitó la concentración del poder en manos de los gestores de
las cajas, que llegaron a tener un enorme poder, que muchos utilizaron
de forma clientelar e incluso corrupta, como fue el caso del Presidente
de Caja Madrid.
Fue esta enorme concentración de poder en los
presidentes de las cajas, con limitada presión para rendir cuentas, lo
que creó el supuesto fracaso de estas (en aquellas que fracasaron, y que
no fueron todas. En realidad muchas cajas, como La Caixa, continuaron
siendo altamente exitosas).
En realidad, la experiencia con los
bancos públicos ha sido muy limitada en España. El ICO (Instituto de
Crédito Oficial), una agencia pública, no es una banca pública pues, aun
siendo una institución pública de crédito, su actividad crediticia se
realiza a través de la banca privada, hecho que encarece el crédito
innecesariamente y desplaza a la banca privada la gestión del crédito.
En nuestro documento para Podemos hicimos la recomendación, ridiculizada
por los gurús mediáticos, afines al capital financiero, de que el ICO
actuara como un banco público, pidiendo prestado dinero del BCE y
ofreciéndolo directamente a las pequeñas y medianas empresas, sin
externalizar su gestión.
La experiencia internacional
Sorprenderá al lector que en el mundo
hay muchos más bancos públicos que privados. En realidad, la banca
pública existe ampliamente en Europa, y, como he documentado en otros
artículos, ha jugado un papel clave en las economías que se consideran
más exitosas. Los bancos públicos han sido, por ejemplo, centrales en el
éxito del mal llamado milagro económico alemán.
Un tanto igual ocurre
en Francia, Italia, Reino Unido, Suiza, Suecia, Noruega, Dinamarca,
Finlandia, Austria, EUUU y Canadá. En todos estos países, estos bancos
públicos (tanto a nivel central como regional e incluso urbano) han sido
elementos fundamentales del desarrollo económico.
No en España, donde la banca pública
apenas existe, y ello como consecuencia del enorme poder (a todas luces
claramente exagerado) político y mediático que la banca privada, y muy
en particular los tres grandes bancos, Santander, BBVA y CaixaBank, que
controlan más del 60% del mercado financiero, tiene.
En realidad, es
práctica común que los dirigentes de estos bancos tengan relaciones
preferenciales con los gobiernos españoles, tanto centrales como
autonómicos, instruyendo a los gobernantes sobre qué políticas públicas
deben aplicarse.
Son también los bancos privados los que canalizan
predominantemente el enorme fraude fiscal realizado (el 73%) por las
grandes fortunas y por las grandes empresas, que detraen del fisco casi
43.000 millones de euros al año. Hoy la banca privada, en complicidad
con los paraísos fiscales, juega un papel central en el fraude fiscal.
El mayor fraude que existe en España está también relacionado con la
excesiva extensión de su banca privada (casi tres veces superior en
proporción que en EEUU).
Pero la situación es todavía peor; la banca privada, incluyendo los tres
grandes bancos citados en el párrafo anterior, ha conseguido millones y
millones de euros prestados del Banco Central Europeo (que no es un
banco central, sino un enorme lobby de la banca privada) a unos
intereses bajísimos (menos de un 1%).
Con este mismo dinero, en lugar de
ofrecer crédito, ha comprado deuda pública que tenía una enorme
rentabilidad, pues la compraba a unos intereses del 6, 8, o incluso 12%
en el caso de los bonos públicos del Estado griego.
Es el chollo del
siglo. Imagínese usted, lector, que recibe dinero a unos intereses
bajísimos, y con este dinero prestado se compra algo que le da unos
intereses muchísimas veces superiores a los que usted pagó. Se haría
millonario en pocos días. Pues esto fue lo que ocurrió con la banca
privada española. (...)
La complicidad entre el Banco Central Europeo y la banca privada ha
alcanzado niveles escandalosos. Pero lo que es incluso más indignante es
que, cuando los bancos privados, incluidos los tres grandes, comenzaron
a comprar tanta deuda pública (incluyendo de Grecia) que podrían
incluso colapsar en caso de que los Estados, como Grecia, no pudieran
pagarles, entonces el BCE, el FMI y los gobiernos de la UE les compraron
la deuda pública a fin de que no perdieran y salieran dañados.
La
famosa deuda pública griega se debe ahora no a los bancos privados, sino
a las autoridades públicas que gastaron el dinero de los contribuyentes
del erario público de cada país para salvarlos del colapso.
Y para
colmo de desfachatez, ahora los gobiernos que ayudaron de una manera
descarada a la banca, como fue el gobierno español, movilizan a la
opinión popular para atacar al gobierno Syriza diciéndole que deben
pagarles la deuda, la cual ha hecho mucho daño a Grecia, y cuyo rescate
para salvar a los bancos también se ha hecho a costa de más y más
recortes en los países cuyos gobiernos ayudaron a la banca privada. En
Europa, hoy, el que no está indignado es porque no conoce lo que pasa en
su entorno."
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 25 de junio de 2015, en vnavarro.org, 25/06/2015)
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