"El mundo ha cambiado definitivamente. La multipolaridad se ha hecho
evidente por todos los costados. Nada es tan simple como en tiempo de la
bipolaridad. El pensamiento complejo debe predominar. Hay partidos de
la derecha que están anclados en el pasado, pero también sucede con
buena parte de la izquierda radical.
Siguen partiendo del pensamiento
cuando analizan la realidad y no de la existencia. Siguen hablando desde
ninguna parte, como si no estuvieran determinados nacional e
históricamente. Es fácil quedar bien enarbolando el espíritu puro de la
izquierda radical: no guerra, sí paz. (...)
La multipolaridad se ha afianzado. Y esto es una buena noticia. Francia
se ha aliado con Rusia sin la mediación de EEUU. La Unión Europea ha
ganado autonomía nacional. Irán, Siria, Irak, Turquía y los kurdos han
ganado protagonismo en la lucha contra el yihadismo. Oriente Próximo ya
no estará determinado en términos geopolíticos por la lucha entre Israel
y Palestina, una reminiscencia de la época de la bipolaridad de las
superpotencias. El mundo se está escribiendo con otros colores.
Las
relaciones entre el mundo musulmán y el europeo están mejorando y
mejorarán más. Los imanes de las 2.740 mezquitas de Francia han
condenado sin ambigüedad los atentados de París. Y bajo estas
circunstancias históricas es un error enorme caer en el intelectualismo:
posicionarse desde ninguna parte y hacer propuestas desde los conceptos
puros de los derechos humanos y de la paz.
No en vano tanto Alberto
Garzón como Pablo Iglesias ante los atentados de París han recurrido a
los conceptos de la revolución francesa de 1789 liderada por la
burguesía: Libertad, igualdad y fraternidad. Muestran así, por una
parte, que todavía hoy día esos conceptos tienen vigencia, y por la
otra, que en la lucha contra el terrorismo yihadista la izquierda y la
derecha, la burguesía y los trabajadores, deben estar unidos." (Francisco Umpiérrez Sánchez , Rebelión, 24/11/15)
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