"(...) En su editorial de emergencia se pregunta Le Monde
“cómo es posible que un partido reaccionario y xenófobo, con una
ideología contraria a los valores de la República, pueda atraer a uno de
cada cuatro votantes”. En realidad, a casi uno de cada tres. (...)
Eso me preguntaba yo, y por eso busqué en el gran diario francés.
Desconcierto, pues, aunque estaban avisados, después de los resultados
de las elecciones europeas y de las municipales. En toda la izquierda
francesa, tampoco se encuentran respuestas, sólo preguntas y signos de
desorientación. (...)
Lo que expresa esta victoria histórica del FN es que, en Francia y en
toda Europa, va ganando la política del miedo, como demuestra que la
extrema derecha haya ocupado, paso a paso, la centralidad de la política
francesa y esté arrastrando a los partidos mayoritarios, de la derecha y
de la izquierda, hacia sus posiciones extremistas.
El gobierno
socialista ha adoptado medidas, a raíz de los atentados de París, que
pretenden responder más a esa presión de las situaciones de pánico que a
la eficacia. Detenciones o entrada en domicilios sin mandato judicial
no son decisiones que se tomen por su utilidad sino por la presión del
ambiente. Y, como se ve, tampoco les dan votos a quienes imitan al FN. (...)
Tampoco le ha servido de mucho a la derecha que lidera Sarkozy
imitar a los xenófobos de FN. Ha habido candidatos de Los Republicanos
que han propuesto campos de internamiento para cuatro mil fichados por
la policía o que no sea suficiente para considerar a alguien francés el
hecho de tener el DNI correspondiente. Uno de ellos ha llegado a
declarar en plena campaña que existe una guerra de la civilización
judeocristiana contra el “islamofascismo”, nada menos. Una locura que no
sólo se extiende por Europa.
Donald Trump, candidato
republicano a la presidencia de EEUU, al que algunas encuestas dan cinco
puntos de ventaja sobre la candidata demócrata Hillary Clinton,
no se queda corto a la hora de identificar refugiados sirios con
terroristas.
Ha llegado a decir que los solicitantes de asilo de
religión musulmana podrían organizar “uno de los mayores golpes
militares de todos los tiempos”. La candidata demócrata, por supuesto,
le exige al presidente Obama mayor contundencia, no sea que la consideren una pusilánime.
Para la política no hay mayor catalizador que el miedo. Ese ha sido
siempre el principal instrumento de trabajo electoral de la extrema
derecha francesa. La encuesta preelectoral que hizo la empresa de sondeos
IPSOS identifica a los votantes del FN como los más preocupados por la
inmigración.
Es lo que más motiva en las elecciones al 60 por ciento de
sus votantes, muy por delante de paro o terrorismo, a diferencia de los
demás electores. Ese es el asunto que, en éstas y en todas las
elecciones explota el partido de Marine Le Pen, su mina electoral. Sé
que no es políticamente correcto decirlo, pero están utilizando
descaradamente el sentimiento de islamofobia como se utilizó el
antisemitismo en los años treinta del siglo pasado. Sí, la estrategia
del miedo a “los otros” da muchos votos. Así que, cuidado con “el huevo
de la serpiente”.
La xenofobia no ha sido el único medio electoral utilizado por el FN. La primera declaración de Le Pen
en la noche electoral ha sido para identificar la victoria con “la
revuelta del pueblo contra las elites”. Poco importa que muchos no lo
crean si se lo compran casi un 30 por ciento de los votantes. La
encuesta citada de IPSOS dibuja un votante del FN que poco tiene que ver
con la imagen clásica de extrema derecha y neonazis europeos. (...9
Son obreros y empleados, muchos jóvenes y gran parte de las llamadas
“clases populares” de los barrios de las grandes ciudades. Forman parte
de colectivos cansados de una vieja política de la que no se fían. De
hecho, también en Francia se ha acuñado una expresión similar al PPPSOE
de aquí; allí el LRPS, por Los Republicanos de Sarkozy y el Partido
Socialista. Es decir, Marine Le Pen ha sabido capitalizar el voto contra la vieja política. (...)
Lo que le faltaba a Europa. (...)" (Jesús Cuadrado, Cuarto Poder, 08/12/15)
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