"(...) Sigamos con los jubilados. La preeminencia del Partido Popular en las
preferencias electorales de los pensionistas es abrumadora: 2,4
millones de sus votantes tienen más de 65 años. Eso supone el 36,3% de
todos los votos del PP… y prácticamente el mismo porcentaje (35,5%) del
total de electores de la tercera edad.
Más aún, como 1,4 millones de
mayores de 65 se abstendrán, resulta que casi la mitad de todos los
retirados que se acerquen a las urnas escogerán la papeleta de los “populares“.
Bueno, pues resulta que Rajoy se ha fundido en sólo cuatro años casi
la mitad del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que se encontró
con 66.815 millones de euros cuando llegó al poder. Según los expertos, de seguir con el modelo de creación de empleo precario abrazado por nuestro presidente, esa hucha de las pensiones se agotará en 2018. Así que, ¿por qué le votan los pensionistas?
Y, para mayor escarnio, resulta que el rescate bancario se está financiando, precisamente, con ese Fondo
de Reserva de Pensiones, que ha sido literalmente saqueado para comprar
bonos del Estado y así conseguir fondos públicos con los que salvar a
la banca arruinada por sus propios exceso bursátiles, como denuncia el catedrático Vicenç Navarro.
Además, este
Gobierno del Partido Popular ha recortado 2.000 millones de euros al
Sistema de Atención a la Dependencia, aumentando hasta 400.000 el número
de personas con derecho reconocido que permanecen en lista de espera,
uno de cada tres de los necesitados, en su gran mayoría ancianos. Desde
2012, más de 100.000 de esos dependientes han fallecido sin llegar a
recibir las prestaciones a que tenían derecho.
Así que, ¿por qué votan al PP tantos ancianos?
Si se estudian las tablas del CIS con atención se descubre que son
los jubilados quienes mantienen los restos del bipartidismo: si nos
limitamos a los electores menores de 65 años, los votantes de Ciudadanos
superan en casi medio millón a los del PP… y los de Podemos superan
exactamente en medio millón a los del PSOE.
La persistente ventaja, en
votos, de los dos grandes partidos tradicionales sobre las dos
formaciones emergentes se fundamenta en esa enorme superioridad de
seguidores entre la tercera edad: PP y PSOE suman siete de cada diez
votos válidos de mayores de 65 años (...)"
Claro que también es importante, aparte de la edad y la ocupación, la
procedencia de todos estos electores que pretenden apuntalar el
Gobierno del Partido Popular. Porque el PP alimentará su prevista
mayoría simple de escaños en el voto rural y de los pequeños municipios:
2,8 millones de los votos peperos (4 de cada 10) procederán de
pueblos de menos de 5.000 habitantes y localidades de no más de 30.000
residentes. En cambio, Rajoy sólo se ha ganado el apoyo de poco más de 2
de los 13,6 millones de electores que viven en ciudades y grandes
urbes.
La preeminencia del PP en las circunscripciones con menos habitantes es también notoria: 84 de los 118 escaños que le atribuye la última estimación de JM&A para Público corresponde a las provincias más despobladas, donde supera cómodamente a los otros tres grandes partidos.
En resumen, Rajoy se llevará más del 40% de los votos en las pequeñas
localidades pero menos del 30% en las metrópolis. Así que lo de “que
gobierne la lista más votada” puede convertirse en que los pueblos gobiernen a las ciudades. (...)
Aquí sí que no cabe la menor duda de la gran superioridad del PP
entre los electores sin estudios (un 25,6% de los cuales apoya a Rajoy) y
los que únicamente han cursado la enseñanza primaria (25,4% de voto
conservador), mientras que sólo el 15,7% de los licenciados o el 18% de
los que cuentan con formación profesional piensan votar al Partido
Popular.
Vamos, que todo indica que Rajoy conservará tantos millones de
votantes por mera falta de información de la gran mayoría ellos. Aun
así, sigue pareciendo inexplicable la inquebrantable fidelidad de un núcleo duro
tan amplio de votantes del PP, a pesar de la Gürtel, la Púnica, la Caja
B (de Bárcenas), los casos de Rato, Matas, Camps, Fabra, Granados… la
Ley Mordaza, la Ley Wert… el copago y la privatización sanitaria, las
preferentes, los desahucios, la rebaja salarial, el aumento de la
pobreza y la desigualdad, el rescate bancario… (...)" (Carlos Enrique Bayo, Público, 08/12/15)
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