"No ganamos para sustos. Esta pasada semana ha sido Japón, que se ha
sumado al restringido club de países con tipos de interés negativos
(BCE, Dinamarca y Suiza).
La situación es de tamaña excepción que parece
normal que la banca tenga que pagar por mantener depósitos en su banco
central. Pues no lo es, y en este sentido señala el agotamiento de la
política monetaria tras un largo periodo de insólita expansión de
liquidez. (...)
En resumen, tras más de siete años de políticas monetarias
ultraexpansivas, la recuperación no termina de afianzarse, la deflación
va tomando cuerpo y la deuda global, la privada más la pública, es hoy
más elevada que en el 2007.
En el corto plazo, las consecuencias de esas políticas se traducen en caídas de precios de las respectivas divisas. (...)
Se trata de una fase más, y probablemente más peligrosa, de una
guerra de divisas de la que ya habíamos visto escaramuzas hace unos
años, cuando el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantegna, denunció
la política de dólar débil de Estados Unidos.
Si el crecimiento mundial no lo remedia, y no parece que haya
síntomas de ello, estamos entrando en terrenos cada vez más pantanosos.
Es decir, cada uno intentando exportar sus problemas al exterior.
Porque
si el BCE, con su política monetaria, hunde el precio del euro
(¿recuerdan que estaba cerca de los 1,40 dólares no hace tanto?) a eso
hay que llamarlo, simple y llanamente, empobrecimiento del vecino. Y eso
es así, tanto si esa política se explicita devaluando la moneda de
forma oficial, como hizo China el pasado agosto, como si se hace
indirectamente, como en Japón la pasada semana. O como ha venido
haciendo el BCE desde la primavera del 2015. (...)
En 2008/09 se consiguió evitar la repetición de la Gran Depresión. Pero,
unos años más tarde, algunas de sus características más preocupantes
comienzan a reaparecer: tanto guerra de divisas como la deflación fueron
rasgos distintivos de aquellos años. Ahora, lentamente, parece que
regresan. Vayamos pues con tiento en ese horizonte cada vez más
complejo. Y preparémonos para ello. Porque mientras aquí pasamos los
días y los meses discutiendo si galgos o podencos, afuera el temporal"
(¿Otra vez los años treinta?, de Josep Oliver Alonso, La Vanguardia, en Caffe Reggio, 05/02/16)
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