"Los mercados financieros vuelven a sufrir, casi una década después, una
situación de perturbadora inestabilidad. Uno de los bancos más grandes
del mundo, Deutsche Bank, acumula una caída en Bolsa del 32,08% en el último año,
y eso a pesar de que este pasado viernes se disparó más de un 11% por
los planes de la entidad de recomprar sus propios bonos convertibles.
El
DB conjuga como pocos el momento de incertidumbre y miedo que viven las
bolsas ante el escenario de un hipotético nuevo Lehman Brothers o una crisis de alcance global.
Las dudas de los mercados respecto a Deutsche están relacionadas sobre todo con su capacidad futura para devolver sus deudas,
puesta en duda a la vista de su menguante capacidad de generar
beneficios.
El gigante financiero alemán, golpeado por constantes
reveses judiciales (multas por el euríbor, por el líbor...), debe
repensar su modelo de negocio, centrado hasta ahora en la banca de
inversión, un segmento demasiado volátil, quizás, para un banco del
tamaño sistémico de DB.
Los bancos alemanes no están sufriendo en su conjunto tanto como lo
está haciendo Deutsche de forma individual, si bien no son pocos los
desafíos que atraviesa el sector en su conjunto, a juicio de los
inversores.
La banca alemana, de media, tiene bajos niveles de créditos
tóxicos (entre 60.000 y 70.000 millones de euros), pero no todo es
perfecto, ya que "la calidad de los activos de algunas entidades está devaluándose debido a la exposición al sector naval", según explica la agencia de calificación Fitch en un reciente informe.
Dichas exposiciones al sector naval se constituyeron en los años
anteriores a la crisis, pero siguen pesando en el balance y la cuenta de
resultados de buena parte del sector financiero alemán. Y es que el
sector del transporte marítimo en Alemania no atraviesa por buenos
momentos.
"Los Landesbanken [antiguas cajas] del norte se enfrentan a un
riesgo particular procedente de la industria naviera", debido a la
debilidad del euro frente al dólar, toda vez que los créditos de este
sector industrial están firmados en dólares.
"Está DB en boca de todos, pero vete tú a saber qué pasa con entre un 30% y un 40% del sistema, que son las antiguas cajas de ahorros", señalan un alto ejecutivo del sector financiero consultado por Vozpópuli.
Tal y como explica, el hecho de que el Gobierno alemán decidiera no
integrar esta importante parte de su sector bancario dentro del paraguas
supervisor del BCE no ha sido bien encajado por los inversores
internacionales. "Es una incógnita y todo el mundo sospecha de qué puede
ocurrir en estas entidades", opina.
La agencia Fitch confirma esta opacidad relativa del sector bancario alemán, en el que conviven más de 1.500 entidades entre Sparkassen, bancos privados y Landesbanken.
"Están áltamente fragmentados, e incluso a un nivel individual la
información pública sobre la calidad de los activos no siempre es
fácilmente accesible, con informes con datos menos granulares que los bancos cotizados", critican. (...)
El principal problema de la banca italiana es que ésta, a diferencia de otras como la española, no ha llevado a cabo su proceso de saneamiento y reestructuración.
Así, los balances de las entidades están llenos de activos tóxicos,
improductivos y altamente costosos (más de 250.000 millones de euros).
Tanto que ha convertido a buena parte del sector en una suerte de banca
zombi, centrada en su mera supervivencia, como ya ocurriera en España.
"Ocho años después del inicio de la crisis financiera internacional,
el mercado se ha dado cuenta de golpe de que los bancos italianos siguen
teniendo tareas pendientes", ironozaba la analista de BBVA Research Ana Rubio, en un reciente artículo. La tasa de mora supera ampliamente el 10% y ha formado una bola de nieve que crece sin parar. En este contexto, Italia se ha comprometido a poner en marcha su propio banco malo, con una entidad de gestión de activos para cada banco.
El modelo, muy distinto al de la Sareb española (cuyo diseño lo impuso Europa), implicará que los activos tóxicos se trasladarían a numerosas entidades separadas, que podrían titulizarlos y venderlos,
soportados además por una garantía estatal a precios de mercado.
"Al
tener estas garantías precios de mercado, se evita que sean consideradas
ayudas de Estado y que afecten a las finanzas públicas actuales",
añaden desde BBVA Research, quienes no obstante señalan muchas
incertidumbres respecto al panorama del sector a corto y medio plazo:
¿Cuál será el precio de mercado? ¿Se desharán las compañías de dichos
activos?
El escenario que se avecina para la banca italiana, según los
analistas consultados, conllevará una lenta digestión de la morosidad,
con caídas en la concesión de créditos y entidades cada vez menos
rentables." (Vox Populi, 14/02/16)
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