"El Consejo Europeo tomó el viernes 18 de marzo una de las
decisiones más tristes de su historia y una de las más difíciles de
explicar desde el punto de vista del derecho internacional: los 28 jefes
de Gobierno y Estado, reunidos junto al primer ministro turco Ahmet
Davutoğlu, autorizaron la deportaciones masivas de personas que lleguen a
suelo europeo a partir del próximo domingo, sin respetar los
procedimientos y normas establecidas en la Convención de Ginebra para
los refugiados que huyen de las guerras.
“Es un día oscuro para el
derecho de asilo, un día oscuro para Europa y un día oscuro para la
humanidad”, resumió la portavoz de Amnistía Internacional, Kate Allen.
El acuerdo, se supone que respaldado por unanimidad, es
decir, también por el Gobierno en funciones de España, que llevaba
instrucciones distintas del Parlamento --IU anunció que estudia
emprender medidas legales contra Mariano Rajoy y el Consejo Europeo--,
usa un lenguaje deliberadamente ambiguo y engañoso, y necesitará de
muchas precisiones en los próximos días.
Subraya que “cada refugiado”
que llegue a las islas griegas será devuelto a Turquía, pero no se
atribuye a este país la condición de “tercer país seguro” (que solo
reúnen los firmantes de la Convención de Ginebra en su totalidad) y es
evidente que las deportaciones no se efectuarán uno a uno tras examinar
sus derechos individuales, sino de forma masiva.
El gobierno turco, ayudado por la flota de la OTAN (barcos
y helicópteros que hasta ahora nunca sirvieron para evitar los
naufragios), interceptará las embarcaciones que pueda, y quienes, de
todas maneras, consigan llegar a tierra serán confinados a la espera de
su inmediata deportación a Turquía.
Las islas griegas, como explicó un
portavoz de la ONG Ayuda en Acción, se convertirán en campos de
internamiento, en los que personas aterrorizadas, refugiados y
migrantes, serán recluidas contra su voluntad y posteriormente
expulsadas, igualmente contra su deseo expreso. (...)" (CTXT, 21/03/16)
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