"(...) Mervyn King: El fin de la alquimia (Deusto), que ha sido celebrado por los economistas y la prensa internacional como uno de los mejores libros sobre la crisis.
En su libro usted ofrece un nuevo enfoque de la crisis financiera. ¿Podría explicarlo?
Es muy interesante encontrarse en Estados Unidos porque en este país
hay una gran tendencia a percibir al resto del mundo como una extensión
de EE UU. Piensan que todos los problemas empezaron en EE UU, que la
crisis financiera iniciada en su mercado de hipotecas de baja calidad se
propagó a todo el sistema bancario estadounidenses y que eso dañó a la
economía de EE UU y luego a la economía mundial.
Yo siempre sigo el
razonamiento inverso y digo que el problema empezó en realidad en la
economía mundial, que hizo caer los tipos de interés a largo plazo y los
bancos centrales de Occidente respondieron a eso recortando a su vez
sus tipos de interés, lo que llevó a que el precio de todos los activos
fuera hacia arriba, como el de las viviendas, por lo que la gente tuvo
que endeudarse más para comprar los activos o financiarlos.
El sistema
bancario hizo lo que se suponía que tenía que hacer: satisfacer la
demanda de créditos proporcionando más préstamo. Entonces el sistema
bancario se hizo muy grande, y en vez de aumentar su capital se financió
con créditos, lo que fragilizó el sistema bancario y bastó una simple
chispa en un mercado, el de las hipotecas de baja calidad, para que la
gente se diera cuenta de hasta qué punto era riesgoso y vulnerable el
sistema bancario. Y entonces todo empezó a derrumbarse.
La razón por la que pienso que esto es importante es que si adoptas el
criterio tradicional de que de alguna manera todo empezó en el mercado
de la vivienda, entonces piensas que una regulación minuciosa de esa
sola parte del sector financiero evitará una futura crisis y que eso
hará muy fácil volver a la normalidad.
Aún hoy algunos bancos centrales
alrededor del mundo siguen pensando que mantener los tipos de interés
bajos durante un tiempo más solucionará nuestros problemas. Sin embargo,
si te vas al comienzo de todo esto lo que está muy claro es que ninguna
economía puede salir de esto por sí sola.
Incluso China, que sabe que
tiene que tiene que pasar de producir para exportar a producir para
satisfacer sus propias demandas internas, ha fracasado en hacer ese
cambio en los recursos; de hecho, no tiene ante sí ningún incentivo
evidente para efectuar tal cambio si al mismo tiempo el resto del mundo
no reequilibra también sus economías.
Lo que tenemos
delante es a países que se endeudaron, incluso países como España, que
deprimieron la demanda y tienen un alto desempleo, que no están
volviendo en absoluto a la normalidad, y bancos centrales que acaban
reduciendo los tipos de interés. No es sólo que necesitan mantener bajo
los tipos de interés, sino que tienen que continuar reduciéndolos.
Y es
por esta escalera mecánica hacia abajo que caminan las tasas de interés
sin que nadie pueda bajarse. Considero que el problema ahora es muy
serio. Solo un intento realmente substancial de cooperación entre los
países puede sacarnos de ahí. Uno de los grandes obstáculos es, a mi
juicio, el euro." (Entrevista a Mervyn King, ex-gobernador del Banco de Inglaterra, eldiario.es, 07/11/16)
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