"El Gobierno español ha movilizado más
de 350.000 millones de euros en ocho años para mantener a flote un
sistema bancario que obtiene unos beneficios anuales de más de 11.000 mientras
acumula demandas y reclamaciones de sus clientes por valor de más de
50.000 en asuntos como –entre otros- las preferentes, la subordinadas,
las cláusulas suelo y los gastos hipotecarios.
Hace unas semanas, el Tribunal de Cuentas
cifró el coste que el proceso de rescate o reestructuración del sistema
bancario ha tenido para las arcas públicas españolas entre 2009 y 2015
en 60.718 millones de euros .
Esa cifra es el dinero que el Estado no va a recuperar, muy interior a
los otros 122.122 millones de “recursos comprometidos en el proceso de
reestructuración” por las entidades fiscalizadas y más distante todavía
del monto global de los fondos públicos movilizados desde el inicio de
la crisis.
“Se han comprometido más de 200.000 millones de euros, de los que esos casi 61.000 se consideran pérdidas seguras,
dinero que no se va a recuperar”, explica el economista Eduardo Garzón,
de IU, para quien “cuantificar el coste real del rescate resulta
difícil”. Entre otras cuestiones, porque los activos tóxicos –edificios y
suelo- traspasados por las entidades quebradas al banco malo están
anotados en su balance con unas valoraciones teóricas que “seguramente
tenderían a la baja si salieran al mercado, lo que obligaría a asumir
pérdidas en esas mismas cuentas”.
Esos más de 60.000 millones de euros sitúan a la banca española como la cuarta que más fondos ha recibido de manera directa
desde el inicio de la crisis en Europa. La superan el Reino Unido, con
algo más de 100.000, y Alemania a Irlanda, con un volumen similar de
ayudas.
La cuantía del socorro español supera en un 50% al recibido por
el sector bancario en Grecia –unos 40.000- y quintuplica el de Portugal
–algo más de 12.000-.Frob, Banco de España y Fondo de Garantía sin el banco malo
El informe del TCu incluyó al Fondo de
Garantía de Depósitos, el Banco de España y el Frob (Fondo para la
Reestructuración y Ordenación del sistema bancario), pero no a la
Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes del proceso de
Reestructuración Bancaria) o banco malo, que asumió los activos tóxicos
de la mayoría de los bancos y cajas tambaleantes.
El dictamen estima en 193.022 millones los
fondos movilizados por el Frob -76.820-, el Fondo de Garantía -35.499- y
el Banco de España -9.801-, una factura que, además de los 83.683
millones inyectados en las entidades mediante aportaciones de capital
-46.021- y esquemas de protección de activos -2.194 fueron para dotar de
liquidez a la Sareb-, incluye apuntes como 10 millones en honorarios de representantes, cinco en asesorías para ventas y casi cuatro en “otros gastos” entre los que hay más asesoramientos.
A esos 193.022 millones de la primera
legislatura de Mariano Rajoy hay que sumarles otras cifras entre las que
destacan los 85.965 millones en avales concedidos a la banca para
que acudiera a los mercados de liquidez –quedan por recuperar 1.059-,
los 43.476 de deuda viva del banco malo que también cuentan con el aval
del Estado, los 42.170 en “aportaciones públicas a su fondo patrimonial”
que ha recibido el Frob desde su creación -27.170 han sido
capitalizados- y, con el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, los
19.300 del FAAF (Fondo para la Adquisición de Activos Financieros) del
que se beneficiaron 54 entidades ya en 2008.
“No es solo importante el dinero que el
Gobierno ha gastado en el rescate, sino el que ha comprometido, que no
ha ido a otras actuaciones” ni ha permitido paliar los recortes en
servicios públicos, señala Garzón, quien, por otra parte, comprende
que el ejecutivo no dejara caer al sistema bancario por los efectos que
eso habría tenido en la economía española, aunque no comparte el
método. “Entiendo las ayudas a la banca, pero no que los beneficios que
obtienen tras esas ayudas sean privados”, indica.
Así, y al margen de otras operaciones de avalamiento de deuda, los fondos
públicos movilizados por el Gobierno central desde 2008 para mantener a
flote el sistema bancario español ascienden a 383.933 millones de euros, una factura que supera un tercio del valor del PIB anual y que todavía puede verse incrementada por dos vías.
Una son las previsibles depreciaciones de los activos de la Sareb y del Frob.
El valor de los primeros se ha reducido en 3.000 millones desde 2012.
Las anotaciones de los del segundo suman 16.597 millones, el grueso de
ellos -11.187- en acciones de Bankia y Mare Nostrum, dos de las
participaciones en entidades para cuya venta el Gobierno se ha marcado
diciembre de 2019 como límite, aunque la fecha es ampliable.
La otra se va materializando a través de actuaciones de escasa relevancia mediática, caso de la aportación de 5.291 millones al Frob europeo que
el Gobierno aprobó en diciembre y de los efectos que las modificaciones
tributarias puedan tener en los 24.000 millones de DTA (Activos
Fiscales Diferidos) que las entidades financieras españolas tienen
anotados para irlos descontando en sus liquidaciones del Impuesto de
Sociedades.
Algunas fuentes, como Attac, cifran la factura del rescate de la banca española en el entorno del billón de euros,
ya que consideran ayuda pública toda inyección de dinero público en el
sector, incluidas las del Banco Central Europeo. “Es una interpretación
laxa –señala Garzón-, aunque en mi opinión sí se trata de ayudas
públicas. Es algo a lo que no puede acceder cualquier empresa”. (Eduardo Bayona, Público, 20/01/17)
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