"(...) Atendiendo a un principio contable básico como es que el gasto de un
agente es el ingreso de otro y que un Estado soberano no puede ser
insolvente en la propia moneda que emite, el euro en el caso de la Unión
Europea y Monetaria; en vez de mantener el gasto público en el nivel en
que es igual a los ingresos, se podría imponer a los gobiernos la
obligación de mantener el gasto en el nivel para el cual la demanda
total del sistema no origina ni inflación ni deflación, alcanzando el
pleno empleo.
No estando empleados por el sector privado, el
capital humano parado sin crear riqueza podría ponerse a funcionar a
través de un Plan de Empleo de Transición o Trabajo Garantizado diseñado
para hacer frente a las amenazas que motivaron que estos tres
movimientos floreciesen, transformando radicalmente las relaciones del
sistema y satisfaciendo unas necesidades que se dejan sin cubrir
habiendo medios para ello y que la iniciativa privada no emplea porque
no le es rentable.
Hace falta mucha pedagogía para convencer de que la
estrategia de socializar la inversión a través de programas de empleos
directos es más efectiva que la tradicional política “keynesiana” de
cebar la demanda agregada subvencionando los beneficios privados, pero
incluso la izquierda que debería hacer bandera del debate de ideas hasta
ahora parece ser esquivo al mismo.
El déficit del sector gubernamental
es el superávit del sector no gubernamental, no sirve de nada seguir
mareando la perdiz con plazos y velocidades a las que ajustar el
presupuesto entretanto se plantean estériles maniobras
neomercantilistas.
El presupuesto debería ser usado como lo que es, una
herramienta para una Hacienda Funcional y no una restricción, la
izquierda necesita aprender de la Teoría Monetaria Moderna." (Esteban Cruz Hidalgo. Economista y vicepresidente de la Asociación por el Pleno Empleo y la Estabilidad de Precios (APEEP), Econonuestra, 31/12/16)
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