17.4.17

“Aunque la salida de España sería dramática, el euro no es un sistema viable”

"(...) es importante no decir eso de “imprimir dinero”, porque el dinero no se imprime apenas. El 97% de las promesas de pago toman la forma de una tarjeta de crédito o de débito. Se trata de dinero bancario, intangible.

 El sistema debe estar bien gestionado. En España, por ejemplo, no se invierte, no se crea empleo, no se innova… no se hacen muchas de las cosas que se tendrían que estar haciendo para luchar contra el cambio climático. Y nos dicen que es porque “no hay dinero”. Eso es ridículo. 

 La idea de la escasez nos obliga a pensar que existe una determinada cantidad de dinero gestionada por alguien, un grupo de hombres que no nos da dinero porque hemos sido traviesos, como si fuéramos niños: eso es economía primitiva. Los bancos centrales no imprimen nada más que una mínima proporción del dinero que se utiliza. (...)

Esa idea monetarista de que es el banco central el que imprime el dinero es una mentira terrible. ¿Sabes quién “imprime” dinero? Tú y yo. Cada vez que pedimos un préstamo, ayudamos a crear dinero. El banco tiene poder sobre mí, por supuesto: puede evaluarme y no concederme un préstamo, pero yo también puedo renunciar a pedirlo y el dinero no se creará.

 Todos somos creadores de dinero. Por eso, si la economía está mal y no tenemos confianza en ella, si no invertimos, entonces la oferta de dinero se contrae; por el contrario, cuando nos sentimos seguros sobre la economía o sobre nuestros políticos, como en 2007, entonces pedimos mucho dinero prestado y la oferta monetaria crece. 

Y esto es algo que muchos economistas no quieren entender. Pero hay más: el gobierno es también un prestatario que, al pedir dinero prestado, aumenta la oferta monetaria. De hecho, la tragedia de la “austeridad” es que ahora nos falta confianza, no pedimos prestado ni invertimos, muchos no trabajan, la oferta de dinero se contrae y, encima, el gobierno intenta deprimir aún más la economía. 

La combinación de la desconfianza y la austeridad gubernamental es la que provoca la devastación que supone la tasa de desempleo juvenil en España. Es una tragedia que, además, nos ha sido impuesta por los gobiernos, por el Banco Central Europeo y por la élite europea.  (...)

El QE (la expansión cuantitativa) ha permitido a los ricos pedir más dinero prestado para comprar activos como terrenos, pisos en Londres, obras de arte, etc. Solo los ricos pueden pagar estas cosas. Compran un picasso por 300.000 euros, lo ponen en una galería acorazada en Dubai y se compran otro por 600.000, manteniendo el primero como colateral. Entretanto, hay mucha gente parada debido a la austeridad y esto explica el enorme incremento de las desigualdades. (...)

Entonces no hay efecto “trickle down” (goteo de riqueza hacia las clases populares), para variar… 

En absoluto. Mario Draghi ha ayudado a los bancos a incrementar sus préstamos y sus activos, pero no ha hecho que estos bancos presten en la economía nacional. Por ejemplo, los bancos españoles no están prestando en España sino en el resto del mundo.

 No prestan a la economía real porque no ven rentabilidad y, además, no tienen confianza debido a las políticas de austeridad. Yo tampoco prestaría en una economía tan débil: como banquera, estaría asustada. 

Y además, los bancos no están limpios del todo: mantienen muchas deudas. Para colmo y, a pesar de que son los contribuyentes los que los rescataron, los bancos están apostando –como los jóvenes del pueblo del ejemplo– y especulando con el dinero. Y esto no lo ha podido arreglar el Banco Central Europeo: aquí tiene que entrar la política fiscal.

Hablando de la eurozona, la pregunta del millón para España, que aún no nos atrevemos a hacer en voz alta, es si nos iría mejor fuera del euro. ¿Qué opina sobre este tabú?

Hay un fuerte sentimiento en Europa de unión y de paz, principalmente por el sufrimiento padecido durante las dos guerras. Nadie quiere que eso se repita. 

Pero ahora Alemania domina la Unión Europea. Existe una separación entre el poder monetario y el fiscal que no sucede en el Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra apoya al gobierno, manteniendo los tipos de interés al mínimo.

Pero es que encima, dirigentes como el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, demuestran con sus afirmaciones xenófobas que la arquitectura institucional de la zona euro no va a cambiar en absoluto… 

Aquí se ve la ideología dominante en toda su plenitud: es obsceno considerar que naciones enteras estén formadas por perdedores y por mujeriegos. Soy una gran seguidora de la obra del economista John Law. 

Este, en 1704, se quejaba de que a los escoceses se les considerara perezosos y bebedores; Law replicaba afirmando que esto se debía en realidad al mal funcionamiento del sistema monetario. Law, antes que Adam Smith, entendió el sistema monetario y descubrió que era este el que hacía menos productivos a los escoceses. Desgraciadamente, trescientos años después esta ideología sigue viva. 

¿Cree, entonces, que España podría organizarse mejor con una moneda propia? 

Yo no abogo por una salida del euro, porque esto podría ser enormemente destructivo para España, ya que acumularía mucha deuda en una moneda fuerte… He estado muy activa en la Campaña por el Jubileo de la Deuda, defendiendo que hay una serie de países que no pueden pagar sus deudas y sobre los cuales la deuda permanece, limitando extraordinariamente su capacidad para desarrollarse. 

La Ley de Bancarrota impide que los responsables de las empresas que entran en esta situación vayan a la cárcel; la ley les protege, pero esto no pasa en modo alguno con los países. Debería haber un marco para resolver estas situaciones y, si España dejara el euro y se produjera una crisis de deuda, se debería poder arbitrar un mecanismo para resolver cómo se originaron determinadas deudas y quién es el responsable de cada una.

 Por otra parte, aunque la salida del euro por parte de España sería dramática, tampoco creo que el euro sea viable: demasiados intereses divergentes, tensiones sociales, desempleo, malestar y, además, el auge del fascismo.

Nuevos fascismos. ¿La victoria de Donald Trump o la amenaza de Marine Le Pen responden, en el fondo, a deudas que no pueden pagarse? 

Sí. Yo no soy muy crítica con los votantes de Donald Trump, ya que respondieron a alguien que prometió protegerlos, algo que Clinton no hizo. Su victoria es el resultado  de una financiarización descontrolada de la economía, de la que se beneficia una pequeña élite que lo controla todo, igual que en 1929. 

Aboga por un control público de las finanzas, pero incluso determinadas posiciones de la izquierda afirman que el Estado “es mal empresario y peor banquero”. Y luego están las fugas de capital…

Lo que pasa es que el Estado ha sido corrompido por el sistema financiero, que ha corrompido la vida social al completo, fíjate incluso en el deporte. (...)

Los contribuyentes lo financiamos todo: la policía, el sistema legal, el judicial… los ricos utilizan lo que nosotros hemos construido y no pagan nada a cambio. Es el momento de que nos demos cuenta de nuestro poder y de que podemos impedirles utilizar de esa forma instituciones financiadas y construidas con nuestro dinero.

 Si quieren dinero fácil del Banco Central Europeo, entonces tienen que traer de vuelta sus capitales. Toda política requiere de límites y fronteras: si vives en EEUU, no puedes recibir una pensión inglesa. Las fronteras son importantes, pero la gran finanza odia estas fronteras, estos límites. Y tenemos que marcárselos.

Una última pregunta: ¿cree que Bankia podría ser nuestro primer banco público en un proceso de recuperación de las instituciones financieras si nos lo propusiéramos? 

Por supuesto. De hecho, si no fuera por el BCE, todos los bancos estarían en bancarrota. En realidad, es como si todos los bancos estuvieran nacionalizados: el problema es que no ejercemos ningún poder sobre estos. 

Se comportan como si los contribuyentes no los hubieran salvado, y esto es culpa nuestra. Es una nacionalización legal que tenemos que convertir en real. No soy contraria a los rescates, pero sí creo que hay que ponerles términos y condiciones. 

Al no pedirles nada a cambio, no se pueden creer la suerte que han tenido y, como un niño mimado, están haciendo lo que les da la gana, y encima no se les castiga, por lo que perderán el control. El sistema financiero lo ha corrompido todo."                    

(Entrevista a Ann Pettifor (Sudáfrica, 1947), directora del Policy Research in Macroeconomics (PRIME) y profesora honoraria de la City University de Londres, ha publicado La producción del dinero. Cómo acabar con el poder de los bancos(Los libros del lince, 2017), un brillante y accesible ensayo que desvela qué es el dinero y por qué no lo hemos sabido hasta ahora, en Andrés Villena, CTXT, 05/04/17)

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