"(...) La Unión Monetaria Europea (UME) es un sistema defectuoso
desde sus orígenes. Se hizo caso omiso de los informes precedentes
(Werner, 1970; MacDougall, 1977) donde se avisaba de la necesidad de una
instancia fiscal federal y de los peligros de dejar todo en manos de
una Banco Central, como una parte no constituyente del gobierno, y de
establecer, en este contexto, unos tipos de cambio fijos entre los
estados miembros. Y de aquellos barros estos lodos. Pero vayamos por
partes.
Alemania jugó con sus socios europeos antes de
la creación de la Unión Monetaria (a través de la manipulación del tipo
de cambio) y siguió haciéndolo después de la introducción del euro. Una
vez establecida la Unión Monetaria, Alemania, al darse cuenta de que ya
no podía manipular el tipo de cambio, se esforzó por mejorar su
competitividad mediante una devaluación interna controlada.
Mientras que
atornillaba a los trabajadores alemanes, también colocaba a sus socios
en una posición difícil. Alemania violó el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento en 2003, forzando un cambio de normas, y luego ha estado
violando sistemáticamente, desde 2011, los límites de excedente externo,
quedando absolutamente impune.
Por el contrario no para de exigir
austeridad y devaluación salarial al resto de países, empobreciéndolos
de manera sistemática, cuando si estuvieran fuera del euro el mecanismo
de ajuste menos traumático sería una depreciación de sus divisas.
Ingratitud y cobardía
Pero
además, los “ordoliberales” son ingratos. Tal como demostró el
economista jefe de Nomura, Richard Koo, en una nota bajo el sugerente
título “The entire crisis in Europe started with a big ECB bailout of Germany”,
el denominado “problema de competitividad” de los países del sur de
Europa fue consecuencia de una política monetaria excesivamente
expansiva del BCE, tras el pinchazo de la burbuja tecnológica a
principios de los 2000.
Ésta tenía como objetivo último estimular la
economía con el fin de que Alemania no tuviera que expandir su
crecimiento vía política fiscal. Sin embargo el impacto sobre la demanda
interna de Alemania fue nulo, al encontrarse en recesión de balances.
Por el contrario aceleró e infló hasta límites insospechados las
burbujas en la periferia, especialmente la inmobiliaria, lo que impulsó
las importaciones alemanas, rescatando al país teutón de los miedos
provocados por el estallido de la burbuja tecnológica, de la que apenas
se beneficiaron los países europeos del sur.
Y de todos esos barros, el
pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la crisis sistémica, la cobardía de
nuestros políticos y el empobrecimiento masivo del españolito medio.
La balanza comercial en los siguientes años
(...) Pero la situación en los Estados Unidos es la contraria, es decir, si
deducimos el saldo energético el deterioro de la balanza comercial
estadounidense se acelera hasta alcanzar niveles de 2006-2007, teniendo
un impacto muy negativo en la industria yankee.
Como corolario el euro
se va apreciar sí o sí. Se dará exactamente la situación contraria a la
que hemos tenido los últimos años. Se apreciará el Euro en un contexto
de más inflación y tipos de interés más altos, de manera que, con unas
tasas de expansión de la inversión privada muy bajas, nuestro sector
exterior nos generará problemas por todos los lados, tanto en la balanza
comercial como en la financiación de nuestra deuda exterior.
Entonces,
¿qué nos dirán los “solidarios” alemanes y holandeses? ¡Piensen lo mejor
y prepárense para lo peor!" (Juan Laborda, Vox Populi, 26/03/17)
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