"El Banco Popular, el sexto mayor de España por volumen de activos, atraviesa una delicada situación. Sólo en el último año, su capitalización bursátil (su valor de mercado) ha caído a menos de la mitad.
La pérdida del valor de las acciones ha sido aún mayor, debido al
efecto dilutivo de las dos macroampliaciones acometidas en 2016 para
cubrir las exigencias de capital.
La etapa iniciada tras el cese de Ángel Ron y su sustitución por Emilio Saracho
tampoco ha empezado con buen pie. El nuevo presidente ha tenido que
reformular las cuentas del pasado ejercicio, añadiendo 633 millones de
euros a las pérdidas récord de 3.485 millones reconocidas por su
antecesor.
Continúa así la bajada a los infiernos de un
banco que en sus buenos tiempos, bajo la batuta de hombres del Opus
Dei, llegó a estar entre los más rentables del mundo.
¿Cuál es el origen de los males?
El Popular llegó tarde y mal al boom del
ladrillo, y no supo prever a tiempo el estallido de la burbuja. Como
consecuencia de ello, se cargó de activos tóxicos que aún hoy lastran su
balance. Al cierre de 2016, tenía 16.074 millones de euros en inmuebles adjudicados y 19.602 millones en créditos dudosos.
Ningún otro banco español arrastra una carga tan pesada en relación con
su tamaño. Además, es propietario de suelo por importe de 7.000
millones de euros, más que el BBVA o el Santander, que rondan los 5.000
millones. (...)
¿Recibió ayudas públicas?
Ron siempre alardeó de no haber recibido ayudas públicas para hacer frente a la crisis del ladrillo, aunque aprovechó los programas de avales del Estado de 2008 y 2009 para emitir deuda por importe de 3.500 millones de euros. (...)
¿Fue buena idea absorber al Pastor?
Ésta es una operación que no se entendería
sin la rivalidad existente por el liderazgo de la banca mediana en
España, que el Popular venía ostentando tradicionalmente. Su posición
empezó a peligrar cuando el Sabadell mostró su voluntad de aprovechar el
proceso de reordenación bancaria para dar un salto adelante.
Tras la
compra del Urquijo en 2006, la entidad catalana sumó, primero, al
Guipuzcoano (2010) y, después, a la CAM (2011), aparte de otros negocios
de menor envergadura. La respuesta de Ron fue la absorción del Pastor, con la que se echó encima otro baldón, pues tuvo que hacer una limpia de 2.683 millones de euros en su cartera de crédito y de 853 millones en la de activos inmobiliarios. (...)
¿Qué ocurrió con la última ampliación?
En la primera quincena de junio de 2016, el
Popular cubrió con sobredemanda una ampliación de 2.505 millones de
euros, lanzada con la justificación de fortalecer su balance y mejorar
sus índices de rentabilidad y solvencia. Se pusieron en circulación
2.000 millones de acciones nuevas a un precio unitario de 1,25 euros.
Entonces, el banco alardeaba de una cuenta de resultados en beneficios y
auguraba un futuro prometedor. Pero el tiempo colocó las cosas en su
sitio: el año cerró con una pérdidas récord de 3.485 millones, debido a las provisiones adicionales que fue necesario realizar, y hoy aquellas acciones sólo valen 0,8 euros.
¿Pueden reclamar los perjudicados?
Se están haciendo analogías entre la salida a Bolsa de Bankia y la última ampliación de capital del Popular,
so pretexto de que en ninguna de las dos se suministró a los inversores
información suficiente sobre el estado real de las entidades. Incluso
algunos despachos de abogados, que suelen sacar buen provecho de estos
casos, han empezado a ofrecerse a los afectados.
Las inesperadas
pérdidas reconocidas por Ron justo antes de salir del banco y el hecho de que su sucesor las haya rectificado al alza son una potente munición para eventuales demandas. (...)" (Vicente Clavero, Público, 05/04/17)
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