"Uno de los fenómenos más interesantes y positivos para el país ha sido
el surgimiento de nuevas fuerzas políticas enraizadas en los movimientos
sociales y vecinales que han iniciado una dinámica de cambio a nivel
municipal que está transformando España. (...)
No es por casualidad que los países
donde los ayuntamientos tienen menos poder sea también donde los Estados
han estado más centralizados y donde las fuerzas conservadoras han
tenido mayor influencia sobre tales Estados. España (junto con Italia,
Grecia y Portugal) es un claro ejemplo de ello.
Por el contrario, los países donde los ayuntamientos son más poderosos tienden a ser los países en los que las fuerzas progresistas han tenido mayor poder, como ha sido el caso de los países escandinavos, tales como Suecia y Noruega.
Cosas que podrían hacer los ayuntamientos para crear empleo
(...) Y una de las políticas más interesantes
es que a partir de la expansión de los servicios públicos municipales y
su desprivatización que está ocurriendo en muchos de estos municipios,
sus ayuntamientos están utilizando la actividad contractual de las
autoridades locales para influenciar los salarios y condiciones de
trabajo de la entidades y empresas que trabajan para el ayuntamiento,
sean éstas públicas o privadas.
Pero hay otras medidas que no se han
introducido todavía en España, y que merecen explorarse. Me permito
sugerir dos.
Una es aprobar una norma de manera que en cualquier tipo de
preparación de alimentos, la persona que maneja el dinero no pueda
manejar el alimento (preparar el bocadillo y/o ofrecerle una tapa).
Esta
medida debería ser obligatoria, pues el dinero es muy anti-higiénico
(no estoy haciendo una valoración moral sobre el dinero como tal, sino
una observación higienista). (...)
Tal medida, además de mejorar la higiene
en la provisión de alimentos, crearía mucho empleo, pues no permitiría
que una persona que manipula los alimentos también manipulara el dinero.
Y donde dicha medida se ha aprobado y llevado a cabo, se ha creado
mucho empleo. Soy consciente de que se me dirá que las nuevas máquinas
que se han estado instalando para poder pagar en los bares están ya
eliminando a los trabajadores que hacían antes tal función.
Ahora bien,
el impacto ahorrador en fuerza de trabajo de dicha maquinaria se está
exagerando, pues verán ustedes que siempre hay una persona detrás de la
máquina para asegurarse de su correcto funcionamiento. En realidad, el
objetivo mayor de tal inversión no ha sido tanto eliminar puestos de
trabajo, sino controlar mejor la manipulación del dinero, pues siempre
hay una persona que comprueba el uso y el funcionamiento de dicha
máquina.
El control de la calidad de los restaurantes: otra medida higiénica y de creación de empleo
Otra medida de gran importancia -y de un
gran impacto en el control de la higiene de los alimentos- es poner en
la entrada de todo restaurante, la nota de salubridad e higiene del
local y de la cocina provista por la inspección de salud pública de la
ciudad. Si usted va a Nueva York, verá que estos locales tienen una
letra, A-B-C y D (tienen que ponerla). Y si un restaurante tiene una C o
una D, tiene problemas graves de imagen.
Más de un restaurante
famosísimo ha tenido que soportar el oprobio y vergüenza de tener una
evaluación negativa. Se ha convertido en una carta de presentación de
enorme valía. Y ha sido sumamente eficiente y popular. En realidad,
siempre que las autoridades locales apuestan por la defensa de la salud
de la población, el apoyo popular es enorme.
No hay asociaciones de
restaurantes que puedan parar tales medidas. Ni que decir tiene que esta
medida crearía muchísimo empleo en el área de inspección sanitaria,
tema en el que las autoridades locales siempre encontrarán un gran
apoyo.
¿Cómo se pueden pagar estas medidas?
Sé que mucha gente se preguntará cómo se puede pagar todo esto. Y la
respuesta no es difícil. Lo que las autoridades locales tienen que hacer
es relacionar la popularidad de las medidas públicas (y, repito, que si
estas medidas son para proteger la salud de la ciudadanía, garantizo
pleno apoyo popular a ellas) con la fuente del dinero para pagarlas.
Hace unos días di una charla en Palma de
Mallorca sobre estos temas. Uno de los retos en tales ciudades o
autonomías turísticas es precisamente obtener más fondos de los turistas
para beneficiar a toda la población. La evidencia económica de que el
monocultivo del turismo no es bueno para una ciudad, o para una
autonomía, o para un país es enorme.
He sido crítico con la excesiva
dependencia que hay en España del turismo, el cual está dañando la
calidad de vida de la mayoría de la población. Y lo que encuentro
auténticamente escandaloso es que la sociedad y su Estado se beneficien
muy poco de tal sector. El pago de 1 ó 2 euros por noche (el impuesto
turístico) es indicativo de ello.
Para empezar, la tasa turística solo
existe en dos Comunidades Autónomas, en Cataluña que surgió en 2012 y en
Islas Baleares que surgió en 2016. Por tanto, el primer gran problema
que hay que resolver es que se debería expandir la tasa turística al
resto de España.
No solo eso, nos encontramos que el pago de 1 ó 2 euros
por noche (el impuesto turístico) es indicativo de lo poco que se
beneficia la población de este sector. En Palma de Mallorca la tasa
turística varía de 25 céntimos (campings) a 2 euros (hoteles) por noche y
persona, una de las tasas más bajas en las zonas turísticas del mundo;
en París, tal tasa oscila de 22 céntimos a 4,4 euros; en Bruselas de
2,15 a 8,75 euros; en Berlín la tasa turística representa el 5% de la
factura de estancia por día y persona; en Ámsterdam también un 5%; en
EEUU va de un 5% a un 7,5% de la factura, dependiendo del tipo de
alojamiento; y así un largo etcétera.
Y una nota interesante a añadir,
es que tales fondos van al ayuntamiento para el uso que consideren
apropiado. En España se distribuyen los fondos recaudados con las CCAA,
como por ejemplo, ha sido el caso de Barcelona que pese a sus reiteradas
peticiones de recaudar el 100% del impuesto, solo se queda con la mitad
del mismo. Y ahí está parte del problema.
Es esencial que en la muy
necesaria redefinición de la Constitución Española se de mucha mayor
autoridad y poder a los ayuntamientos. El caso del turismo es un claro
ejemplo de ello. (...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 7 de julio de 2017, en www.vnavarro.org, 07/07/17)
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